domingo, 21 de marzo de 2021

LA DERECHA EN OVIEDO: IMPASIBLE EL ADEMÁN


Celso Miranda

La derecha en Oviedo no quiere saber nada de escisiones, transfuguismos ni otras zarandajas. Si lo primero (y casi lo único) que hicieron fue plantar la bandera (una, muy grande) en la Plaza de la Escandalera después de eliminar convenientemente los rastros de la diversidad en forma de bancos arcoiris, esta semana siguen su recorrido triunfal con dos hitos más. El cambio del callejero democrático (nombres de mujeres, de poetas, de científicos) hacia el callejero franquista (militares golpistas, asesinos y demás) nos retrotrae, más allá de las leyes, a lo peor de las décadas de los 30 y 40 del pasado siglo. Ayer, los miembros del equipo de gobierno, más los concejales de VOX, que andan sin mucho hueco que cubrir en esta plaza, fueron juntos de la mano a homenajear a un Rey, y Alcalde, del Siglo VIII ó IX, no sé muy bien. ¡Con retransmisión en directo de la misa y sus prolegómenos por internet, no se vayan a creer, a través de las redes sociales institucionales del Ayuntamiento de Oviedo! Bajo palio. Confieso que no he seguido al detalle la ceremonia y no sé si todos los concejales de Ciudadanos han comulgado o alguno se ha guardado la Sagrada Forma para traicionar la unidad, como en la serie de Álex de la Iglesia sobre las 30 monedas de Judas. En Vetusta las cosas parecen bien atadas por jugosas liberaciones que ponen demasiado alto el precio del quilo de concejal. Canteli bajó de su club privado en la ladera del Naranco como martillo de herejes y pacifica a golpe de talonario municipal. Pax Romana en el equipo de gobierno municipal. Misa y vermú en terraza de OTEA. La única idea libertaria que se permite es la de aquella vieja pintada, que Canteli desconocerá, y que hoy cobra todo el sentido que no tenía de aquella: "Libertad pa los que toman algo".

DdA, XVII/4794

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