Félix Población
Por si no hubiera
precedentes sobre las diferencias entre la derecha que padecemos y la derecha europea, ayer volvieron
a resaltarse con ocasión del encuentro entre el presidente Macron y el
presidente Sánchez. Dijo el primero: Jamás olvidaremos a los republicanos
españoles que se unieron a la resistencia francesa para seguir siendo libres.
Ayer mismo también, la presidenta de la Comunidad de Madrid, en donde la
derecha destruyó la memoria de los republicanos fusilados por la dictadura en el cementerio de La Alumdena, no
tuvo reparo en manifestar: Si te llaman fascista, estás en el lado bueno de la
historia.
Hasta ayer, el
electorado madrileño de izquierdas no tenía un buen presagio acerca del sorpresivo
adelanto electoral fijado por el gobierno de Díaz Ayuso para el 4 de mayo,
temiendo una moción de censura como la que luego desbarató su partido en Murcia
comprando a tres diputados de Ciudadanos. La posibilidad de que los comicios condujeran
a un gobierno de coalición con Ayuso y Monasterio a la cabeza no contaba en la
izquierda con la respuesta adecuada para impedirlo. A la inteligente y
laboriosa oposición llevada a cabo por Mónica García le faltaba algo tan
esencial como formar un frente unido con los partidos a la izquierda del PSOE
que, hasta ayer, no parecía fácil.
No es que a partir de
ayer, con el inesperado anuncio de postulación de Pablo Iglesias como candidato
de Unidas Podemos a la presidencia madrileña, vaya a ser más fácil, pero es más
que notorio que con la audacia y generosidad del hasta ahora vicepresidente
segundo del Gobierno -al que tanto se le criticó aviesamente por su afanes
personales de figurar en el ejecutivo- el electorado madrileño de izquierda
tiene motivos para creer que se puede acabar con el nefasto gobierno de Ayuso y
la ominosa expectativa que se cernía sobre el porvenir con la colaboración de Vox.
Pablo Iglesias, al cabo
de poco más de un año, deja la vicepresidencia del Gobierno con los
presupuestos generales aprobados, con el Ingreso Mínimo Vital en marcha, luego
de conseguir para Pymes y autónomos 7.000 millones de euros, y con la Ley de
Vivienda casi a punto para regular el precio del alquiler y evitar los desahucios
sin alternativa habitacional. Como no podía ser de otro modo, entre sus muchos
detractores también habrá quienes consideren esta última decisión como uno más
de sus arrebatos de ambición personal, siendo como es todo lo contrario y dando
con ello una vez más ejemplo de dignidad política cuando tanta miseria moral de cloaca se
está cocinando en la derecha con el transfuguismo otra vez campante.
Ahora solo cabe esperar que la valentía, audacia y generosidad de Iglesias encuentren en Mónica García y su partido la receptividad aconsejable para que esta próxima primavera la batalla de Madrid en las urnas no se vuelva a perder por la falta de unidad entre quienes están llamados y obligados a impedirlo. Lo que les ha dicho el líder de Podemos a los ciudadanos de izquierda en Madrid es que él se lo ha jugado todo a una carta para hacerles creer que cuenta con ellos para defender algo más que un gobierno regional digno: es la propia democracia la que está en juego.
PS. Acabo de leer en eldiario.es que Más Madrid concurrirá con una lista propia encabezada por Mónica García a las elecciones del próximo 4 de mayo. La diputada de la formación rechaza la candidatura unitaria propuesta este lunes por el líder de Podemos, Pablo Iglesias. "Disponer de tres opciones con garantías de representación es la mejor forma de movilizar", asegura García en un comunicado audiovisual. No lo creo.
No pasarán
DdA, XVII/4790
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