Félix Población
A falta de conocer alternativa que ofrezca la izquierda en las más que posibles urnas del 4 de mayo, y con Gabilondo es de esperar que retirado de la lid por su oposición durmiente durante el pasado bienio, el presidente de Foro Empresarial ha sido muy claro a la hora de juzgar la decisión de la la dimitida presidenta de la comunidad de Madrid.
Para ello ha tenido en cuenta lo que
suponen esos comicios en esa fecha, dado que tras ellos habrá que formar
gobierno -algo que costó tres meses la vez anterior-, y que después vendrán las
vacaciones estivales –si la pandemia lo permite-, por lo que “aquí –entiende Hilario
Alfaro refiriéndose a Madrid- nadie se pondrá las pilas hasta septiembre,
cuando estamos sin ayudas directas y en plena vacunación. Vamos a las urnas
cuando ya de por sí la situación era difícil, en el momento en el que más hay
que trabajar para pedir los fondos europeos”.
Similar criterio, en contra de proceder de Isabel Díaz, es el que exponen dos de las tres organizaciones mayoritarias de trabajadores autónomos que conforman la mitad del sector en España y que han criticado duramente la convocatoria electoral, cuya finalidad por intereses políticos –unida a la pésima gestión sanitaria de la pandemia por parte del gobierno regional- debería bastar para que el Partido Popular sufriera en Madrid un segundo varapalo tras el de Cataluña.
A las razones económicas aportadas por las
organizaciones aludidas, se suman además las propias de la situación sanitaria
considerada en sí misma y en la que deberían centrarse de modo absoluto quienes
corren con la responsabilidad de defender la salud de los madrileños.
Teniendo en cuenta estas circunstancias y la improcedencia y hasta la indignidad que comporta adelantar unos comicios por intereses meramente políticos, cuando la comunidad de Madrid sigue siendo de las que más sufren los efectos del coronavirus, pocas veces se le va a presentar a la izquierda una oportunidad como la que doña Isabel le ha dado para recuperar el gobierno autonómico.
Para esto último será imprescindible relevar como candidato por el PSOE al hasta ahora líder de la
oposición, por ausencia en la interpretación del papel que le ha correspondido,
y procurar que Mónica García –que sí lo ha sabido acometer con lucidez y
entrega- aglutine como cabeza de lista a una izquierda -PSOE aparte porque no se pueden pedir imposibles- capaz de reparar el desaguisado divisionista cometido por Más Madrid tres meses antes de los anteriores comicios, entregando a la derecha extrema el gobierno de Madrid. ¿Damos por aprendida aquella lección o preferimos un gobierno de extrema derecha en aquella comunidad?
LA INTENCIÓN OCULTA DE LA MOCIÓN DE CENSURA EN MADRID
Alberto Alonso
DdA, XVII/4787
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