Félix Maraña
La más grave enfermedad de Europa no es la pandemia viral, sino la insolidaridad. Europa ha dejado de ser tierra de asilo, de humanidad y esperanza. Europa nos dice que nos lavemos las manos a menudo. Pero Europa no puede lavarse las manos ante el drama de los refugiados, a quienes apalea en sus fronteras criminalmente.
Hace un año escribí este poema:
HAMBRE DE SANGRE
La pólvora sedienta de más sangre
recorre las fronteras de esta Europa
en busca de personas llenas de hambre:
El negocio florece viento en popa.
Esta Europa sin alma es un calambre,
enferma de sí misma hasta la copa,
que cose sus heridas de hilo estambre
y zurce a los extraños con la tropa.
Que niega al refugiado algo de sopa
y pregona entre tanto los Derechos
Humanos, mientras quema los pertrechos,
los móviles, el alma, hasta la ropa,
de hermanos a quien trata cual desechos,
Europa insolidaria que no arropa.
© Winston Benetxe
[Para la gente solidaria del mundo, especialmente la que acoge, abraza y ampara a diario a los refugiados que piden auxilio a Europa, en la frontera por Grecia. Y a mis amigos solidarios vascos de Zaporeak, querido Peio García Amiano y cuadrilla. Aurrera ba danok!]
DdA, XVII/4787
No hay comentarios:
Publicar un comentario