Hay imágenes que sin mostrar con precisión nada temporal identificativo nos remiten al pasado. Ésta que muestro la hice para una revista en los años 90, e ilustraba un texto sobre los oscuros años 70. En aquellos momentos ese hombre rodeado de grises tendría el aspecto de estudiante universitario antifranquista, o de obrero manifestándose, acosado por la policía, por ejemplo. Pero si la publicara hoy se diversificaría la posible identidad del acosado. Los universitarios de hoy no son en general antisistema; y los sindicalistas sólo se manifiestan con ocasión del cierre de sus empresas (en ambos casos ese es un triunfo del capitalismo, haber conseguido petrificar a esos colectivos), ya no les importan las cuestiones de fondo, se comportan en el primer caso como solicitantes de empleo superior que les sitúe en la sociedad de consumo, o en el segundo caso como tradeunionistas a los que sólo interesara el convenio colectivo, y si universitarios u obreros se manifiestan y son acosados por la policía es más por su actividad como personas pertenecientes a movimientos sociales concretos que en defensa de su identidad obrera o universitaria. Hoy mismo, esta imagen nos remitiría a los anti desahucios, a los okupas, a los emigrantes, ecologistas, feministas, antifascistas, a los que protestan contra la sanidad privada, contra la enseñanza privada, contra la apropiabilidad del agua, la luz o el aire, o a cualquier miembro de los partidos de izquierda, terceros en discordia, reclamando todo eso: agua pública, enseñanza pública, sanidad pública, servicios públicos… y la coleta del rodeado podría querer indicar que el acosado es miembro activo de Unidas/Podemos. Esta imagen, o muy parecida, la veremos en Madrid durante el desarrollo de los próximos comicios. Y habrá personas que se manifiesten contra ese hombre del dibujo, les parecerá que el problema de los madrileños está en ese tipo de personas. La coleta, el piercing, el pendiente de los hombres, son para las personas reaccionarias -zorrocotrocas de derecha aunque sean pobres- objetos identificativos del “comunismo”, del “bolivarianismo”, que sólo muestran los “amigos de ETA o de Maduro”, y que son y representan la evolución simbólica de la hoz y el martillo soviéticos. Yo nunca he llevado ese pin con la hoz y el martillo, ni porto piercing, tatuaje, o pendiente alguno, llevaba coleta cuando me crecía demasiado el pelo y me daba pereza ir a la peluquería y también quizá por una cierta coquetería de artista, no sé, aunque nunca me he sentido señalado por la coleta, pero sin todo eso me declaro anti desahucios, a favor de los okupas, de los emigrantes, ecologistas, feministas, antifascistas, y protesto contra la sanidad privada, contra la enseñanza privada, contra la apropiabilidad del agua, la luz o el aire, y reclamo todo eso: agua pública, enseñanza pública, sanidad pública, servicios públicos… Y no soy miembro de ningún partido, ni siquiera de Unidas/Podemos, a los que votaré en las próximas elecciones de la CAM. Y sí, hoy como entonces, me identifico con ese hombre de la ilustración, rodeado y acosado por la policía.
DdA, XVII/4799
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