Aunque no comparta algún aspecto de su línea editorial, creo que como colaborador habitual del diario La última hora (LUH) desde sus inicios, me debo sumar a la defensa que este medio hace hoy de su cometido profesional, después de los airados y miserables ataques que ha sufrido estos últimos días por parte de diarios como ABC, El Mundo o El Confidencial, así como por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).
Tal como se dice en el editorial de LUH, que periódicos nutridos por la inyección financiera del IBEX 35 dirijan toda su artillería contra una modesto medio digital, bien puede significar que el trabajo que este viene realizando tiene su importancia y no pasa precisamente desapercibido. Sobre todo porque LUH ha tenido la osadía de investigar las interioridades de los propios medios: quiénes son sus dueños y de dónde vienen los que los que los controlan.
El ataque por parte de los citados diarios y la mencionada asociación profesional no ha consistido en acusarlo de falsas informaciones, sino que se ha limitado a tildar de panfletario y podemita a La última hora, por el hecho de que su directora haya formado parte de la dirección de Podemos.
A la pregunta sobre la relación de LUH con el partido morado responde hoy su líder en la entrevista que publican conjuntamente InfoLibre y elDiario.es: "¿Cuál es la relación del Partido Socialista con elPlural.com, cuya directora fue directora general en un gobierno socialista? -contesta Iglesias- ¿Cuál es la relación del PNV con Deia, habiendo sido el actual presidente del PNV jefe de Política del citado diario y director de la radio pública vasca? ¿Cuál es la relación del Partido Popular con La Razón, habiendo sido su director Marhuena diputado de ese partido?". Pablo Iglesias repregunta en la entrevista: "¿Han preguntado ustedes alguna vez a un dirigente del Partido Popular cuál es su relación con La Razón? ¿A un dirigente del PSOE, cuál es su relación con elPlural.com? ¿A un dirigente del PNV, cual es su relación con Deia?".
Los últimos ataques del diario El Mundo contra Podemos se han centrado en el hecho de que uno de los columnistas de LUH, mi estimado colega José María Martín Medem -a quien avala un dilatado y notable ejercicio profesional, así como un Premio Nacional de Periodismo en Derechos Humanos- forme parte de los analistas políticos que acuden al plató del nuevo programa de Jesús Cintora en la televisión pública. Tanto al citado diario como a la Asociación de la Prensa, que nunca ha salido en defensa de los periodistas de izquierda, lo que les molesta es que periodistas como Medem tengan voz en TVE, dado que ni el propio Jesús Cintora, ni Cristina Fallarás, ni Antonio Maestre -otros colegas progresistas- consiguieron jamás que la citada asociación los defendiera cuando fueron atacados por su ejercicio profesional.
LUH se define hoy en su editorial como un digital combativo, comprometido con el casi inédito objetivo de contar los que otros no cuentan sobre el poder mediático en España y sus lacras -razón fundamental del desprestigio del periodismo en nuestro país,-, asumiendo la cultura como terreno de conflicto ideológico. Es la primera vez en España, que sepamos, que un medio pretende semejante fin sin ingresos por publicidad y con el solo concurso de sus socios.
Parece que este propósito, aunque haya nacido con la mayor de las modestias, no le ha sido indiferente al periodismo de cloaca o venéreo, como dice Medem. No debería hacer falta preguntarse por qué.
Léase@también: Las informaciones de LA ÚLTIMA HORA que han puesto de manifiesto la conexión de medios de comunicación como ‘El Mundo’, ‘El Confidencial’ y ‘Okdiario’ con el excomisario Villarejo y con las cloacas del Estado han desatado, de buena parte de la prensa conservadora, una campaña contra este medio y contra Podemos. En un ejercicio de coordinación sin precedentes, ‘El Mundo’ y ‘El Confidencial’ decidieron aliarse este fin de semana y publicaron sendos editoriales dedicados a encubrir sus malas prácticas periodísticas y a cargar contra LUH, además de varios artículos destinados a difamar a Podemos. (La última hora)
DdA, XVII/4746
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