El Ayuntamiento de Morcín va a gastar la friolera de 600.000 euros en “Recuperación del Montsacro para ámbito cultural y turístico" mientras muchos vecinos carecen de los servicios más elementales que ha de prestarles la Administración. Lo del “ámbito cultural y turístico” está relacionado principalmente con las capillas que hay en un paraje donde se dice que estuvieron unas las reliquias que posteriormente fueron trasladadas a la Cámara Santa, hoy unida a la Catedral de Oviedo.
Sobre tales reliquias hay cantidad de literatura, y también aportaciones históricas de interés. Unos dicen que llegaron desde Toledo para protegerlas de la invasión árabe, y otros que desembarcaron el Luarca o en Raíces a donde las trajo un tal Toribio, Santo Toribio, desde Roma. ¡Menudo periplo el de Toribio!, desde Roma hasta Asturias por mar, salir hacia el oeste por el Tirreno y el Mediterráneo, pasar el estrecho de Gibraltar, girar hacia el norte por el océano Atlántico y torcer hacia el este por el mar Cantábrico. Bueno, si lo dicen, por algo será, otra cosa es que parezca verosímil.
En cuanto a las capillas, hay quien cree, equivocadamente, que en las actuales edificaciones estuvieron las reliquias, lo cual no encaja con la época de su construcción, siglo XII, y la afirmación de que fueron trasladadas a Oviedo por Alfonso II el Casto, que vivió a caballo de los siglos VIII y IX. Perece ser que existieron otras capillas anteriores, que fueron levantadas sobre enterramientos megalíticos en un lugar donde se desarrollaban cultos paganos, procedimiento típico de la expansión del cristianismo, construir iglesias tapando restos de anteriores cultos.
Entre las cosas que fui ojeando sobre las capillas y las reliquias, encontré algo que quiero resaltar porque me llamó la atención sobremanera, fue la relación de cosas que componen el conjunto de las reliquias que, según se dice, estuvieron en el Monsacro, a saber:
- Una gran parte del sudario de Nuestro Señor y ocho espinas de su corona.
- Pan de la última Cena y Maná que hizo llover Dios para los israelitas.
-Leche y cabellos de la Santa Virgen y uno de los 30 denarios por los que Judas vendió al Hijo de Dios.
- Cabellos de la Magdalena con los que secó los pies de Cristo y un trozo de la vara de Moisés con la que separó las aguas del Mar Rojo.
- Un trozo del pescado asado y del panal de miel que comió Nuestro Señor después de su Resurrección. - Reliquias y huesos de los profetas.
- Trozos de los cántaros en los que Jesucristo convirtió el agua en vino en las Bodas de Caná.
Ahí queda eso, yo ni quito ni pongo, simplemente reproduzco lo que escribió Luis Carandell en su libro Ultreia, sobre historias y leyendas del Camino de Santiago, ahora bien, no quiero ocultar que me parece muy difícil de creer, aunque siempre se puede recurrir a la fe (virtud teologal que yo no tengo) para aceptar religiosamente este tipo de cosas.
DdA, XVII/4736
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