Recapitulemos:
Felipe VI, cuando ya no se podían
ocultar las fechorías de su padre por mor de la prensa extranjera manejada por
un complot bolivariano-comunista, y un año después de saber que era
beneficiario de millones que tenía en cuentas extranjeras el Emérito sin ningún
mérito (fuera del que le dio Fco. Franco), Felipe, digo, lanzó un comunicado
"en tiempos de virus" anunciando que renunciaba a la herencia de los
bienes mal ganados por su padre (reconocimiento claro de hechos oscuros, que
extendió por el reino el olor de cloaca) y que le quitaba la paga al susodicho.
Todos los medios se lanzaron en alborozo a hacer propaganda con esas magnánimas
acciones del Preparado Monarca, con el fin de salvar la monarquía, ahora en
manos de un "rey ejemplar", atacado inmisericordemente, según los
defensores del statu quo y del reino, por aquel malvado complot. Pero hete ahí
que los inicuos perseguidores de nuestro sagrado régimen fueron sacando a la
luz que aquellas dos brillantes medidas del "Preparado Rey" eran dos
falsedades bien chapuceras que dejaban al aire las partes pudendas del monarca
y su reino: sobre la primera, pronto supieron los súbditos de su falsedad, pues
los malvados expertos en derecho aclararon enseguida que aquella renuncia del
pecunio paterno era tan falsa como la legitimidad del trono concedido por un
tal Fco. Franco al susodicho Rey Emerito, toda vez que, según nuestras las
leyes del reino, no se puede renunciar a una herencia mientras no se esté en
situación de recibirla, o sea, una vez que la diñara J. Carlos el Campechano;
sobre la segunda, !ay, pobre Felipe!, ha destapado ahora otro periódico
bolivariano-comunista que es otra falsedad, agravada con alevosía y mala fe, ya
que, según dan prueba en esos papeles internáuticos, todo apunta a que se trató
de una maniobra artera que supuso más caudales (de los pecuniarios) para Felipe
VI el Preparao, pues apuntan que él se quedó con los 190.000€ que daba al viejo
rey y le endilgó al Estado todos los gastos del Emérito. Y señalan los
internáuticos papeles que Zarzuela (la Casa Real del joven rey) pidió a Moncloa
(la casa de su válido Pedro Sánchez) que se hiciera cargo de todos los gastos
de los "sirvientes" de Juan Carlos en el Emirato (Cómo un Emérito no
va a irse a un Emirato? !Sí es que la metáfora fónica lo impone!). Y en Moncloa
le buscaron una fórmula muy ad hoc de hacerlo realidad: encargaron que se
asignaran los gastos al Patrimonio del Reino, como se hace con la conservación
de los monumentos y las reliquias, que en Moncloa son serviciales y atentos con
las reliquias muebles, como Juan Carlos, y las inmuebles, como Zarzuela. Y
siguieron felices y comiendo perdices mientras unos súbditos aplaudían
calurosamente el amor mutuo del rey y su válido y otros, contumaces, seguían
escarbando túneles que derrumbarían las almenas del castillo de su majestad y su
valido. Y colorín...
DdA, XVII/4732
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