Félix Maraña
Al poeta
Roque Dalton (1933–1975) le asesinaron los suyos, pero los suyos, el Frente
Farabundo Martí para la Liberación Nacional, echaron la culpa al enemigo. De
este modo, mataron dos veces a Dalton, poeta y revolucionario por causa justa.
Quienes dijimos entonces que a Dalton lo habían ajusticiado injustamente los
suyos, los que aquí, que se creían más suyos que los mismos suyos, nos llamaban
contrarrevolucionarios. Pasaron los años y un hijo de Dalton, periodista, tuvo
que escuchar de uno de aquellos suyos estas palabras: "A tu padre lo
matamos nosotros". La CIA mata mucho, y seguirá matando, pero qué cómodo
resultaba matar a los tuyos, echando la culpa a la CIA. Uno de aquellos
revolucionarios de salón, que me paró un día en la calle Pradillo, en el Madrid
de entonces, me espetó: "Lo que habéis publicado en vuestra revista
(KURPIL) sobre Dalton es un suelto de la CIA y los cubanos de Florida".
Pasado el tiempo, publiqué un artículo en los periódicos (EL Correo, 26 de
mayo, 1993) sobre cómo Roque Dalton, poeta y revolucionario de justa causa,
había sido ejecutado por los suyos, alegando que había dejado de ser suyo,
cuando los que habían dejado de ser suyos eran los suyos, pero los muy
desgraciados no lo sabían. Volví a encontrarme con el revolucionario de Pradillo,
pero ya en López de Hoyos, y aunque había mudado de calle, seguía siendo un
canalla reaccionario. Le recordé que hasta los suyos habían reconocido
públicamente ser los autores de tal vileza, a lo que el revolucionario de
Pradillo, ya venido a López de Hoyos, me espetó: "Cómo os lavan el
cerebro!". Sí, le dije, yo me ducho todos los días. Pero me ducho yo
solito. No permito que nadie me duche. Y así sigue el mundo.
DdA, XVII/4737
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