jueves, 3 de diciembre de 2020

LA CASA REAL TIENE QUE DEFENDERSE DEL GOLPISMO



Félix Población

Cierta promoción de la Milicia del Aire se adelantó a otra cierta promoción de la Milicia de Tierra, correspondientes ambas a las academias respectivas, para remitir al Jefe del Estados sendas misivas progolpistas. 

Los firmantes son todos militares retirados, si bien algunos tuvieron altas responsabilidades hasta hace unos pocos años como responsables del trabajo por el que se les remuneraba generosamente a costa del presupuesto público.

A las cartas unieron los remitentes una serie de chateos que por su gravedad añadida deberían merecer la repulsa más enérgica por parte de la Corona, tal como ha ocurrido con la respuesta de la titular del Ministerio de Defensa, que creo debería preocuparse por la actividad subterránea de Vox en las academias militares, no vaya a ser que no cese. 

Entre las opiniones vertidas en ese chateo figura una que se refiere a la preferencia de estos militares retirados por un régimen republicano, convencidos de que así sería más factible repetir la historia de 1936. Bastaría esa sola manifestación, asociada a las misivas dirigidas al Jefe del Estado, para que la Casa Real replicara con la energía y determinación requeridas ante tamaño dislate. 

No sólo porque semejantes declaraciones, expuestas por quienes han servido al Estado hasta hace bien poco son intolerables y constitutivas al menos de un claro e intolerable delito de odio, sino porque la Corona debe defenderse de quienes con su supuesta fidelidad al rey pueden ser los máximos responsables de que la monarquía en España se venga a pique. 

La mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de este país no puede entender la callada por respuesta de la Casa Real ante quienes dicen apoyar al monarca y son propensos a mirar hacia atrás con tanta ira como para tener como modelo ejecutable la que desató aquella "salvaje pesadilla", tal como la definió Miguel de Unamuno, que nació con una guerra civil y fue posiblemente asesinado por los militares sublevados en el transcurso de la más cruel y sanguinaria de nuestra historia, con tantísimas víctimas aún en fosas y cunetas.

       DdA, XVI/4687     

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