jueves, 10 de diciembre de 2020

LA CARTA DE GARZÓN AL REY ESPERA 26 MILLONES DE FIRMAS

Félix Población

Deberíamos dar por supuesta, a la alturas del siglo en que andamos y luego de más de cuatro décadas de régimen constitucional y democrático en las que no faltó un amago de golpe de Estado, que el pensamiento del ex juez Baltasar Garzón con respeto a la mensajería electrónica propalada por un grupúsculo de ex militares y las cartas de otros grupos de ex miembros de las Fuerzas Armadas al rey, lo comparten muchas otras personas de cierto renombre, vinculadas con el mundo de la cultura, la ciencia, las artes, el periodismo, etc. Sin embargo, al día de hoy, y después de haber sido este un país de manifiestos, sorprende que una carta abierta al Jefe del Estado, tal como la que insertamos a continuación, no haya sido suscrita más que en solitario, convocando las adhesiones de cuantos se sienten llamados a defender los valores democráticos ante declaraciones tan retrógradas y guerracivilistas como las que esos sujetos sustentaron en sus escritos. Por asuntos menores se hicieron públicos otros manifiestos en el pasado, dado que jamás en la historia de este país desde la dictadura franquista se llegaron a verter públicamente tamañas barbaridades, propias del más negro fascismo y la más ominosa historia de Europa. Seguimos a la espera de que el escrito de Garzón encuentre el debido respaldo a nombre de los que en el argot de los manifiestos se llamaban "intelectuales y artistas" -en representación de los 26 millones de personas que les sobran a esos energúmenos-  antes de que Felipe VI se asome en Navidad a los hogares de la ciudadanía. Quizá así se sientan llamados quienes elaboren su discurso de este año a dar una respuesta digna y en consonancia con el fajín de capital general que ostenta desde el verano de 2014, en calidad de jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Eludirla o ventilarla sin la contundencia debida -como me temo- sería acabar muy mal un muy mal año, más que para la Corona -que lo está siendo-, para tantos miles de ancianos que han fallecido en las residencias geriátricas sin las atenciones médicas debidas, después de haber vivido una niñez en guerra y una posguerra de miseria por la gracia de quienes se levantaron contra el Gobierno legítimamente elegido y dijeron hacerlo por Dios y por España*:


CARTA ABIERTA A FELIPE VI: ME DOY POR ALUDIDO

Majestad, me veo en la necesidad de dirigirle esta misiva por alusiones porque, con toda seguridad, me cuento entre los 26 millones de ciudadanas y ciudadanos españoles (la expresión es otra y bien soez) a los que el antiguo general de división del Ejército del Aire Francisco Beca Casanova desea fusilar. Es verdad que este deseo fue manifestado en un grupo de Whatsapp privado, aunque con la participación de buena parte de esos mismos militares que hace unos días le han enviado no una, sino ya dos cartas acusando al Gobierno de ilegítimo, de atentar contra la unidad de España y la cohesión social. Estas misivas han sido remitidas por elementos de la XXIII promoción de la Academia General Militar (AGM) y por la XIX promoción de la Academia General del Aire, es decir, invocando su condición de exmilitares y han sido dirigidas a usted en su calidad de "Capitán general de todos los ejércitos", de acuerdo con la Constitución. A estas misivas debemos agregar el manifiesto de más de 250 exmilitares en el que "advierten" del "deterioro de la democracia". Es decir, a todas luces se aprecia una coordinación de acciones que pretenden conseguir un impacto y efecto político en la opinión pública española.

Es de agradecer que, con ocasión del 42 aniversario de la Constitución Española, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya, haya proclamado la "neutralidad política de nuestras Fuerzas Armadas", porque "están al servicio de todos los españoles, sin importar dónde han nacido o lo que piensan". Como digo, es de agradecer y espero que de verdad así sea; especialmente porque esta misiva y los chats se producen tras otros tantos años de democracia.

El fascismo, Majestad, tanto ahora como en el siglo pasado, tanto en España como en el resto del mundo, opera siempre del mismo modo. Los fascistas se apropian de la bandera, del himno, de las instituciones y de todas las señas de identidad nacional o patriótica, en particular de las instituciones armadas, dividiendo a la población entre buenos y malos, entre patriotas y traidores, convirtiendo al adversario político en enemigo. Una vez que está claro quién es quién, viene el proceso de deshumanización del contrincante, tildándolo de rata, escoria, garrapata, piojo o peste. Así ocurrió no sólo con la propaganda de Goebbels de sobra conocida, sino también durante el genocidio en Ruanda, cuando desde la radio de las Mil Colinas se difundían mensajes de odio alentando a los hutus a que mataran a los tutsis, tratando a estos últimos de cucarachas. Asimismo, el almirante de la Armada chilena en tiempos de Pinochet llegó a decir que los comunistas no eran seres humanos, sino "humanoides". O, cuando desde las máximas estructuras de la dictadura cívico militar argentina apelaban a la civilización occidental y cristiana mientras torturaban, desaparecían o autorizaban los "vuelos de la muerte".

Por tanto, Majestad, las señales están ahí y no son pocas. En distintos países de Europa, como en la propia Unión Europea, los partidos políticos del más diverso signo se han puesto de acuerdo para evitar que la ultraderecha llegue a las instituciones y, si lo hace, que su influencia y su espacio de poder sean mínimos y provoquen el menor daño posible. También ocurrió en el pasado. No está de más recordar que el gran estadista británico que fue Winston Churchill era conservador, es decir, de derechas, pero se puso al frente de la lucha antifascista contra Hitler y el nazismo. Hace poco la vicepresidenta Carmen Calvo ha recordado una famosa frase de Churchill pronunciada en momentos decisivos para Europa: "No es suficiente con hacer lo mejor que podamos. A veces, debemos hacer lo que se requiere".

Estamos todavía a tiempo, pero como la respuesta no ha sido ni contundente ni coherente en España, el fascismo ha resurgido y cada día sigue avanzando, usando sus consabidas estrategias basadas en la mentira para sembrar miedo y odio de los unos contra los otros. Estas cartas y expresiones son una muestra más de ello. Yo también estoy preocupado por la convivencia.

Creo que no hace falta recordarle, Majestad, que su padre, a pesar de toda la crítica que se le pueda dirigir durante y después de su reinado y del malestar existente en estos momentos por las conductas presuntamente a él imputables, en un momento también decisivo para nuestro país tuvo a bien desmarcarse de militares golpistas. Ya es parte de nuestro léxico común aquella famosa frase pronunciada la misma tarde del día 23F por Sabino Fernández Campo: "Ni está, ni se le espera". Horas después, el propio rey pronunciaba un discurso en el que sin ambigüedades defendía la Constitución, el Estado de Derecho y la democracia. Se le critica, eso sí, que tardara demasiado, lo que a más de alguno ha hecho dudar sobre las causas de esa demora. No cometa usted, Majestad, el mismo error.

 Si ha sido interpelado directamente por exmilitares, es porque ellos mismos creen, o algunos les han hecho creer, que usted puede hacer algo por ellos porque es uno de ellos. Si usted quiere que los españoles y españolas le consideremos el rey (jefe del Estado) que España se merece, creo que debería desmarcarse, dejar claro una vez más su compromiso personal con la Constitución, la democracia, el Estado de Derecho y la neutralidad política de las Fuerzas Armadas, como lo ha hecho ya el JEMAD.

Tras su discurso, Juan Carlos I, además de frenar el golpe de Estado, se ganó el respeto y el afecto de millones de españoles que hasta ese momento veían la monarquía como algo ajeno e impuesto por el franquismo. Se decía en aquellos años que muchos eran más "juancarlistas" que monárquicos. Ahora usted tiene una oportunidad semejante, respecto de quienes le respetan y aprecian como rey y quienes, siendo republicanos, reconocen su valía en la Jefatura que representa.

Tal vez un intento de golpe de Estado esté todavía lejos, pero hacia allá se avanza cuando sujetos como estos se permiten actuar con descaro antidemocrático contra un gobierno legítimo, más propio de los viejos tiempos en los que la democracia estaba ausente. Y, como acuden a usted, en sus manos está detener esta deriva fascista antes de que siga creciendo. Me cuento entre esos 26 millones de ciudadanas y ciudadanos que hemos sido amenazados y estamos esperando su pronunciamiento. Majestad, dese por aludido.

Baltasar Garzón es jurista y presidente de Fibga

*Leemos en El Español: 2.856 militares en la reserva de las Fuerzas Armadas acaban de escribir una carta a la ministra de Defensa, Margarita Robles, para exigirle que retire "todos los privilegios concedidos" a los mandos retirados que integraban el polémico chat en el que alguno de sus miembros sugería la posibilidad de un "golpe de Estado". En el que incluso se llegó a hablar de "fusilar" a 26 millones de españoles. Los reservistas apelan en su misiva, a la que ha tenido acceso el citado diario, al Artículo 115 de la Ley de Carrera Militar. Mientras no se les toque la soldada...

Léase@también: Gracias por la propina, majestad, por Ignacio Escolar

       DdA, XVI/4695      

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