viernes, 27 de noviembre de 2020

O MÁS IMPUESTOS A LOS BANCOS O BANCA PÚBLICA

 


Vicente Bernaldo de Quirós


   Alguien me tendría que explicar, de manera detallada y de forma sencilla, porque soy duro de mollera, las razones por las cuales una fusión bancaria es buena para la economía de un país. Y será buena, matizo yo, para los banqueros, no para los curritos ni la clientela, por muy especial que sea.
   En los últimos meses se han puesto en marcha tres fusiones bancarias: una de ellas, la que suma a los depósitos de Caixa Bank los de Bankia ya está en pleno rodaje, las otras dos, las que adicionan Unicaja a Liberbank (o viceversa) y las que añaden la fortuna del BBVA a la del Sabadell, andan midiendo resultados y nombramientos.
   Esta fusión entre vascos y catalanes que tanta expectación despertó en Bolsa aún no ha materializado del todo, porque antes de nada, era conveniente que algunos espabilados que conocen el funcionamiento del mercado de valores especulara con las acciones y se llevara una buena pastizarra. No sé a qué esperan los de la CNMV para abrir una investigación y depurar responsabilidades.
   Pero a lo que iba. En los cenáculos económicos y en los consejos de administración de las grandes empresas reina el alborozo por una fusión (o dos o tres) que va a ser una bicoca para la economía española. No tengo yo muy claro que una entente cordial entre dos bancos que suponga la reducción a límites insospechados de cajeros para sacar dinero, y lo peor, de personal de plantilla, va a resultar beneficioso para el dinero nacional, sobre todo porque a los empleados que se vayan les van a prejubilar y el coste de esta reducción salarial y de bancarios la vamos a pagar entre todos, vía INEM e impuestos durante 18 meses.
   Es evidente que el sector financiero español y también mundial han cambiado muchísimo en los últimos tiempos. Ya no son las entidades bancarias las que te daban un pequeño rédito por tener almacenados allí tus ahorros, si no que ahora te cobran por depositarlos y las comisiones por cualquier chuminada son más elevadas que un rascacielos. Es posible que a una persona individual le parezca soportable pagar diez euros al mes por que te guarden el sueldo y te paguen el agua, la luz y la pensión de divorcio, pero millones de ciudadanos con cuentas corrientes o libretas de ahorro son beneficios exponenciales que darían vértigo a cualquiera.
   Lo sorprendente para cualquier mente racional no es solo eso, sino que los bancos te obliguen a utilizar el cajero automático para extraer tus ahorros cuando no superan una cantidad determinada, poniendo en graves aprietos a personas de distinta edad y condición mental que no están a la altura de los informáticos de la entidad.
   Y si quieres cambiar la domiciliación de tus recibos o modificar algunos aspectos de tus pagos, tienes que pasar por caja y abonar la comisión correspondiente. Parece que los directores financieros te están diciendo que trabajes tú porque a nosotros no está dando mucho la risa y no nos apetece hincar los codos.
   Es significativo, además, el respeto y la adulación que los creadores de opinión pública tienen sobre los dueños de los bancos que jamás osarán ponerlos en entredicho porque les conceden algunas migajas publicitarias y algún crédito que otro en condiciones muy ventajosas. Beneficios de que los ladrones somos gente honrada, como ya hace tiempo nos advirtió Enrique Jardiel Poncela.
   Bueno, pues algo habrá que hacer para que los bancos cumplan con la sociedad de manera equitativa, sin que ello suponga llevar nuestros euros a descansar bajo el colchón. Solo se me ocurren dos: o freírlos a impuestos para que sus beneficios después de haber colaborado fiscalmente no escandalicen a los menos castos o crear una banca pública que cumpla la función social que el sistema financiero tiene en la convivencia ciudadana y conceda créditos en condiciones de sentido común para que la economía funcione. Pero ya veréis como ninguna de esas medidas se pone en práctica o cualquiera otra que se ensaye para que los dividendos no se queden entre las cuatro paredes de la entidad y de la vivienda particular del director y se distribuyan con lógica y solidaridad. Es la suerte de los ladrones honrados.  

"Santander gana 6.515 millones de euros en 2019 tras aumentar su beneficio un 35% en el cuarto trimestre, hasta 2.783 millones" puede leerse en la web del Banco Santander.
Mientras, en Asturies:

      DdA, XVI/4681             

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