viernes, 2 de octubre de 2020

LA CRUZ DE ARGÜELLO NO ES LA DE CRISTO


Félix Población

Monseñor Argüello no tiene dignidad ni memoria. Considera anacrónico que la nueva Ley de Memoria Democrática del Gobierno de coalición, al que probablemente repudia, pretenda hacer del Valle de los Caídos un cementerio civil. También defiende que la gran cruz bajo la cual estuvo enterrado el dictador y se le rindieron todo tipo de honores en vida y muerte, permanezca en aquel lugar porque es un signo de reconciliación. 


Obviamente, para el portavoz de la Conferencia Episcopal Española y secretario de la misma tanto lo uno como lo otro obedecen a su deseo de que la basílica y la comunidad de monjes benedictinos -con las que Franco pretendió ganarse la eternidad- permanezcan en el valle de Cuelgamuros. 


La falta de dignidad y memoria del prelado Argüello descuella por el cinismo con el que pretende defender el máximo signo de la cristiandad, sin reparar en que sólo en nuestro país  una cruz fue vilipendiada de tal forma por quienes la erigieron como homenaje a los caídos que se levantaron en armas contra un régimen legalmente constituido y provocaron la más cruel tragedia en la historia de España, seguida de un largo periodo de cárceles y fusilamientos. A esa ignominia añadieron la de secuestrar los restos mortales de los vencidos para ganarse el favor de Roma.


Pero si grande es la hipocresía de monseñor Argüello con esos argumentos, ¿qué decir cuando nos habla de su “preocupación” ante la nueva Ley de Memoria Democrática porque considera que “es grave querer escribir una especie de historia oficial que luego quiera hacerse pauta educativa”. Todavía no ha pedido perdón la iglesia católica por haber jugado ese papel durante cuarenta años bajo el caudillaje de quien lo fue por la gracia de Dios según sus predecesores en el solideo, monseñor. 


Esa cruz de Cuelgamuros no es la de Cristo, monseñor, porque una vez erigida quien lo hizo siguió matando, encarcelando y reprimiendo las libertades mientras su iglesia le rezaban preces y lo acogía bajo palio.


    DdA, XVI/4626         

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