lunes, 19 de octubre de 2020

EL BEBÉ DE DUBÁI



Lazarillo 

Puede que entre las imágenes del año haya que elegir al final de 2020 la que refleja el fruto de un parto en Dubái hace unos días y que desde su perfil de Instagram ha difundido un sanitario de aquel lejano emirato. Lo propio de los bebés al nacer es hacerlo con la primera voz del llanto, tan elemental como esencial para inaugurar el ciclo de la vida. Es lo que estrena este recién nacido en el momento de ser mostrado a la cámara. Pero lo que a esta fotografía la hace singular y noticiosa es la segunda acción emprendida por la criatura, casi al tiempo de hacerse escuchar en este mundo: despojar de la mascarilla al médico. Quizá la primera lectura que podría escribirse de esa azarosa circunstancia es la de un bebé que proclama delante de los humanos su protesta ante un planeta que se degrada, hasta el punto de haber llegado a la necesidad de proteger nuestra propia respiración porque la del aire está enferma. Esta vez también cabría interpretar el llanto del recién nacido como un grito de rabia y de temor ante un mundo privado de besos y abrazos, en el que las primeras palabras de amor que reciba podrían sonar a mordaza.

     DdA, XVI/4643    

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