Ante lo ocurrido en Oviedo con el carril bici, que al poco de ser pintado de cualquier manera de trecho en trecho, entre terrazas, aceras, calles peatonales, farolas y tránsitos sin destino, este Lazarillo no se pregunta por la mentalidad e inteligencia de quienes gobiernan aquella ciudad gracias al apoyo prestado para tal fin por la ultraderecha. El lector comprenderá que esa capacidad intelectual ha de ser, por desgracia, en extremo precaria. No me quiero referir por lo tanto a ella, que seguramente merecerá la misma valoración por parte de la ciudadanía ovetense. Sí quiero dejar constancia de la falta de vergüenza y dignidad de esos ediles y de quien ocupa el cargo de alcalde de la ciudad. Ha bastado que Buenafuente montara la correspondiente pieza satírica en su programa a costa del chabacano carril ciclista para que Canteli y su equipo rectificaran de inmediato y pusieran a sus operarios a borrar el testimonio de su necedad. ¿Creen que han pedido disculpas por semejante torpeza? No, se han limitado a hacer el ridículo ante el país por dos veces y a servirse de los impuestos de los contribuyentes para sufragar también el doble gasto, que debería correr a cuenta de los emolumentos del gobierno municipal. ¿No deberían exigirlo los ciudadanos que tuvieron a bien hacer posible este con su voto?
DdA, XVI/4625
No hay comentarios:
Publicar un comentario