jueves, 15 de octubre de 2020

¿DA MÁS QUE REPULSIÓN LA ACTUAL OPOSICIÓN POLÍTICA?



Félix Población

Como ocurriera en Italia y Portugal, que han sabido responder con mejores resultados a la segunda fase de la pandemia -habiendo sido el primero de los países, junto con España, de los que más notaron sus efectos la pasada primavera-, tampoco en Francia se ha escuchado a la oposición tildar de autoritario al Gobierno de la nación porque se aprobara ayer el estado de emergencia sanitaria en la región de París y otras ocho grandes ciudades francesas. Cuatro semanas durará ese toque de queda a fin de intentar contener los contagios. 


Siendo en aquel país la extrema derecha un partido importante, no han llegado hasta nosotros las voces, gritos o insultos demagógicos que se perpetran en España a cargo de la oposición en el Congreso, con doña Macarena Olona como diputada por excelencia de una inquina guerracivilsita y máxima portavoz de odios de Vox. 


Lo que estamos soportando en este país y que algunos analistas interesados juzgan como una lamentable actitud por parte de los políticos en general, afecta principalmente -sin que por ello quepa negar algunos errores gubernamentales- a los partidos de la oposición política, que no admitieron en su día el dictamen de las urnas con descalificaciones tales como las de Gobierno ilegítimo, sin que todavía hubiera asomado la pandemia en el horizonte. 


Servirse de su incidencia y de la tragedia que ha comportado y comporta para este país, haciendo de la Comunidad de Madrid -la más castigada por el virus- un ariete contra el Ejecutivo, puede alojar a la derecha española en una larga travesía del desierto, al tiempo que colmarla del desprestigio que no deja de ganarse cada día en los foros y medios de comunicación internacionales.


Ninguna otra oposición en Europa está ofreciendo tan nauseabunda y aborrecible imagen en una coyuntura de tal gravedad. Esperemos que a la repulsión que provoca esa alianza retrógrada de la derecha extremada y la extrema derecha españolas, añadida a la que dan sus medios de comunicación afines, no se le unan otras sensaciones propias del negro pasado que las crió. Porque lo que está por ver y temer es si en esa vertiente reaccionaria de nuestra vida política  puede surgir un líder que haga caducar la endeble personalidad, formación y oratoria de los actuales, tan lerdos como su extremosidad.


EMBÉ


           DdA, XVI/4639             

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