martes, 22 de septiembre de 2020

ESTOS QUE VES DESHECHOS SON LO MEJOR DEL MUNDO, NO LO OLVIDEMOS NUNCA

Félix Población

Campo de los almendros es una novela escrita por Max Aub (1903-1972), publicada en México en 1967. Se trata -a juicio de los estudiosos de la obra del autor- del libro más logrado de los seis  que integran  El laberinto mágico, la serie en la que el escritor trata la Guerra de España.  En este caso, el escenario es el de la España republicana a punto de ser derrotada, después de haber sido ocupada Madrid por las tropas facciosas. Hombres y mujeres huyen en desbandada pretendiendo ganar un puerto de mar en Valencia o Alicante, donde se dice que hay barcos para emprender el camino del exilio.  Los fugitivos convergerán en el puerto de Alicante. Es de lamentar una vez más, teniendo como base argumental obras literarias del carácter de la comentada, que el cine español siga ignorando unos episodios de tal envergadura dramática como los que se incluyen  Campo de los almendros. Júzguese como ejemplo el que sigue:  El barco no llega y cuando, por fin, un buque aparece en la bocana del puerto, espera a encontrarse a sólo unos metros del muelle -donde los vencidos comienzan a acarrear sus bártulos y sus escasas pertenencias, donde se intenta respetar el orden de embarque establecido- para desplegar la bandera del ejército vencedor y hacer sonar por los altavoces la Marcha Real. Una gran explanada conocida como Campo de los almendros, al lado de la ciudad, se convirtió en improvisado campo de concentración para miles de personas que querían ganar la libertad. Entre las páginas del libro de Aub encontramos el párrafo que sigue y que bien puede ilustrar la imagen de aquellos otros republicanos españoles que buscaron también la frontera pirenaica para huir de las prisiones o la muerte durante la dictadura franquista, a los que tampoco -con don Antonio Machado y su familia a la cabeza- el cine de creación de nuestro país ha prestado atención alguna, habiendo sido tan significativo el valor de su diáspora: Salieron derrotados por la frontera de Europa y contribuyeron después a liberar Europa del nazi-fascismo que no pudieron derrotar en su país porque la Europa democrática los abandonó a su suerte. Algunos tenemos claro que eran lo mejor del mundo. No lo olvidaremos nunca:


«Estos que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero. Estos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides».

      DdA, XVI/4617     

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