jueves, 6 de agosto de 2020

LOS ANCIANOS EN LAS RESIDENCIAS: CARTA A PABLO IGLESIAS

Salvador López Rivas
Aunque soy consciente de que las competencias en Asuntos Sociales están transferidas a las Comunidades Autónomas, me dirijo a usted para que, en su condición de Vicepresidente Segundo y responsable de Derechos Sociales, haga las gestiones pertinentes para procurar aliviar la situación insostenible de los ancianos de las residencias, privadas y públicas.
Desde primeros de marzo, a la inmensa mayoría de los internos se les impide ejercer su libertad de salir a la calle cuando les plazca, y se les impide a casi todos, también a los que conservan sus facultades cognitivas y pueden desplazarse por sus propios medios. Sería razonable este tipo de restricciones en las localidades donde se han producido rebrotes del coronavirus, pero esta prohibición es extensiva también a las ciudades o pueblos en los que apenas hay contagios. En algunas residencias consienten que los internos salgan en grupo, durante un rato y con algún trabajador del centro, como si los ‘mayores’ fueran colegiales. Cuando a los internos les acompaña un trabajador, por lo visto, el virus respeta a los ancianos y los deja tranquilos; cuando van con un familiar, la Covid 19 les ataca sin piedad.
Los ancianos, como es el caso de mi padre, están al límite de su paciencia y su estoicismo. Todo el mundo sale a la calle, menos ellos. Todo el mundo, incluidos los ancianos de cualquier edad, siempre y cuando no estén alojados en residencias. Si viven en una mansión con quince, veinte o treinta personas, y aunque sean octogenarios o nonagenarios, tienen vía libre para ir a donde les plazca; como vivan en un centro de 'mayores', están condenados a permanecer entre cuatro paredes, semana, tras semana, mes tras mes… Así, ¿hasta cuándo? ¿Hasta que encuentren una vacuna? ¿Y si tardan dos años en fabricarla, o no la descubren nunca? ¿Y si, llegada esa fecha, los ancianos, los que para entonces estén vivos, son los últimos de la cola? ¿Van a permanecer los miembros de este colectivo encerrados de por vida? ¿Cuál es el plan, aparte del encierro, que el máximo responsable de Asuntos Sociales tiene para devolver la dignidad a los enclaustrados?
Sé que ahora usted está muy ocupado con los asuntos que conciernen a la Corona, un asunto baladí comparado con la dignidad de los cientos de miles de ciudadanos españoles que viven en las residencias. Personas que no consumen como los jóvenes, personas que constituyen el sector de la población más vulnerable, personas cuyo número es insignificante comparado con otros colectivos, personas cuyos derechos constitucionales están siendo pisoteados…Personas que deberían ser el orgullo de un país, porque gracias a ciudadanos como ellos, usted y yo estamos aquí. Actúe en consecuencia, y haga todo lo posible por devolverles su dignidad. Gracias.

DdA, XVI/4577

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