Félix Población
No
pintan bien las cosas en España con relación a una posible segunda ola de la
pandemia que masacró sobre todo a nuestros ancianos en residencias y
geriátricos. No tenemos noticias de que ocurra algo similar en Italia, el país
que nos acompañó en la pasada primavera trágica.
Desde que la gestión sanitaria corre a cargo de las comunidades autónomas, se ha notado en alguna de estas (Cataluña, Aragón y Madrid, sobre todo) que cada día se van acumulando más rebrotes y hasta se ha dado ayer el caso de una pequeña ciudad castellana (Aranda del Duero) confinada.
Ha sido en estas circunstancias, nada proclives a frivolizar, cuando desde La Moncloa y en connivencia con el Jefe del Estado y el rey emérito se ha planteado y verificado la huida de este del territorio nacional sin que sea posible saber hasta la fecha en qué país se encuentra*. Tenemos, así pues, a nuestro ex Jefe del Estado en paradero desconocido, como si fuera un prófugo de la justicia, porque -según el presidente de la nación- así se preserva la estabilidad de la Corona ante los casos de corrupción que lo acosan.
Es muy duro decirlo pero lo que está ocurriendo solo es posible en lo que se acostumbra a llamar repúblicas bananeras, similar como esperpéntico espectáculo a lo que vivió este país la tarde del 23 F de 1981 -léase si no la prensa extranjera-, del que seguimos careciendo de toda la documentación necesaria para interpretarlo.
Se da la circunstancia de que, si ahora la huida del rey padre ocurre en medio del repunte de una posible segunda parte de la gravísima crisis sanitaria sufrida por los españoles hace unos meses, el intento de golpe de Estado de aquella fecha tuvo lugar el mismo año en que se produjo la tragedia del aceita de colza envenenado que causó la muerte a 3.000 personas. En 1997, dieciséis años después, el Tribunal Supremo declaró al Estado como responsable civil subsidiario por autorizar el uso de la anilina y no llevar a cabo protocolos de actuación que evitaran el desvío del aceite envenenado al consumo humano.
En la escena XII de Luces de Bohemia, Valle-Inclán pone en la voz de Max Estrella la respuesta al sentido trágico que tiene en ocasiones la grotesca realidad española. Para denunciarla recurrió el escritor gallego a una estética sistemáticamente deformada, el esperpento, del que acabamos de asistir a un nuevo cuadro escénico con la huida del rey padre, mientras en el país vuelven a asomar la sombras de un repunte del virus de la corona. Estoy por asegurar que don Ramón titularía así el esperpento que estamos viviendo.
*Según el diario cortesano ABC, Juan Carlos de Borbón huyó antes de hacerlo público en un jet privado con destino a Abhu Dhabi, donde se alojaría en el ostentoso hotel Emirates Palace, propiedad de aquella dictadura.
*Según el diario cortesano ABC, Juan Carlos de Borbón huyó antes de hacerlo público en un jet privado con destino a Abhu Dhabi, donde se alojaría en el ostentoso hotel Emirates Palace, propiedad de aquella dictadura.
DdA, XVI/4577
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