Pablo Álvarez
"O me decís quién ha sido o vais a pagar justos por pecadores". De pequeño escuché muchas veces esa frase, tantas como castigos purgué.
Aunque, en honor a la verdad, la mayoría de las veces yo estaba en el grupo de
los pecadores, eso nunca fue impedimento para darme cuenta de lo injusta que
era una medida así.
El castigo colectivo habla peor de quién lo inflige que de quién lo
soporta, ya que refleja su incapacidad de descubrir a los verdaderos culpables,
que son los que siempre salen menos perjudicados.Eso es lo que está pasando ahora la hostelería, donde la irresponsabilidad
de unos pocos va a conducir a la ruina al resto.
En esta pandemia nos estamos acostumbrando a buscar culpables y, viendo las
últimas medidas adoptadas, ahora le toca al sector hostelero ser el chivo
expiatorio. Tal parece que el Covid se ha creado detrás de una barra y que son
el camarero o camarera de turno los responsables de su transmisión, pero nadie
habla de las muchas empresas, de todos los sectores, que no están cumpliendo
con los protocolos de distancia e higiene, ni proporcionando los Epis
correspondientes a sus trabajadoras y trabajadores. Debe ser que el virus no
actúa en el metal, la automoción, el transporte o el textil.
El Covid, por más que estén empeñados en ello, no se contrae en bares y
restaurantes, o al menos no exclusivamente, y criminalizar al sector no va a
reducir los contagios, porque las y los hosteleros irresponsables son minoría.
Hay mucha gente haciéndolo bien, invirtiendo esfuerzo y dinero para que sus
locales sean espacios seguros, respetando los aforos, siendo estrictos con las
medidas higiénicas y escrupulosos con los horarios. Aún así, van a llevar el
mismo castigo que quienes han hecho todo lo contrario. Y yo no lo entiendo,
igual que no entendería que cien positivos en alcoholemia sirvieran para
justificar que se retirara el carnet a las y los conductores que no beben.
Señoras y señores gobernantes, establezcan mecanismos de control y
vigilancia, refuercen las inspecciones, persigan y sancionen a quienes no
cumplan y dejen trabajar al resto. Si no lo hacen, les conducirán a la ruina
más absoluta.
DdA, XVI/4569
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