sábado, 9 de mayo de 2020

LAS SERIES DE AYER Y HOY EN TVE, Y EL OLVIDO DE PÉREZ GALDÓS


Félix Población

Hubo un tiempo mejor en la televisión pública estatal, mucho mejor y mucho antes de que se nos abriera el abanico de los canales privados, que se suponía llegaban para una mayor pluralidad informativa que seguimos esperando. Pero no me refiero en este comentario a los servicios informativos, ni a los respectivos telediarios de cada televisión, tan semejantes en su contenido, sino a los espacios dramáticos. 

Llevamos unos meses volviendo a ver en La Dos las series que en su día fueron muy bien valoradas, en justa correspondencia con la calidad de los guiones, la interpretación, el vestuario, la escenografía y los escenarios naturales, y la dirección de las mismas. Ahí están, por citar sólo dos, Fortunata y Jacinta o Los pazos de Ulloa, sobre las novelas del mismo título de Benito Pérez Galdós y doña Emilia Pardo Bazán. 


Tengo la sensación, al volver a ver estas series, que las que se hacen en nuestros días pertenecen a una televisión distinta, no solo más precaria en la disponibilidad de medios  sino también en talento. Para comprobarlo bastaría que TVE tuviera la deferencia de dedicarle a Pérez Galdós una mínima atención con motivo del centenario de su muerte. 


Don Benito es uno de esos autores con sobrada obra donde elegir para comprobar hasta qué punto una nueva serie sobre alguna de sus novelas supera o no las que  ya conocemos. Me parece lamentable que la televisión pública nacional no tenga previsto, que yo sepa, dedicarle al escritor canario este año una sola versión de alguna de sus obras, sumamente ilustrativas para conocer o reconocer la historia de este país, de la que tan huero anda el personal. Sería imperdonable que transcurrido 2020 TVE no reparase lo que hasta ahora está pareciendo un deplorable olvido. 


Don Benito estuvo a punto en su tiempo de optar al Premio Nobel de Literatura. Lo evitaron los estamentos reaccionarios de la nación, dado que Galdós se caracterizó por sus críticas al clero, manifiestas en su drama Electra, estrenada el 30 de enero de 1901 en el teatro Español, y que sulfuró tanto a los conservadores como entusiasmó a los progresistas. 


De esta obra dijo el autor: "En Electra puede decirse que he condensado la obra de toda mi vida, mi amor a la verdad, mi lucha constante contra la superstición y el fanatismo, y la necesidad de que olvidando nuestro desgraciado país las rutinas, convencionalismos y mentiras, que nos deshonran y envilecen ante el mundo civilizado, pueda realizarse la transformación de una España nueva que, apoyada en la ciencia y la justicia, pueda resistir las violencias de la fuerza bruta y las sugestiones insidiosas y malvadas sobre las conciencias."



      DdA, XVI/4490     

No hay comentarios:

Publicar un comentario