viernes, 8 de mayo de 2020

EL SENECTICIDIO DE MADRID OBLIGA A UNA MOCIÓN DE CENSURA


Félix Población

Una gran parte de los fallecimientos que se han contabilizado en España hasta ahora como consecuencia del virus de la corona, o con síntomas relacionados con el mismo, han tenido lugar en las residencias y geriátricos: 17.500. Ese numero ha sido especialmente alto en la comunidad de Madrid, donde un gobierno regional con vergüenza tendría que estar reconsiderando sus errores, dado que el 93 por ciento del total de fallecidos lo hicieron en centros privados, que son la mayoría gracias a la política privatizadora de los sucesivos gobiernos conservadores.

De ese desastre, al que he dado en llamar senecticidio porque creo que es el término más adecuado, da idea cuantificada  la investigación que va a realizar la Fiscalía en más de 60 residencias ubicadas en esa región, del total de 14o que pasarán por ese mismo procedimiento en todo el país.

Lo que ayer se vivió en el pleno de la sesión de control al gobierno regional de Madrid anuncia la inminencia de que la alianza entre el Partido Popular y Ciudadanos -con el apoyo de la extrema derecha- se rompa, pues además de no haber acuerdo para aprobar los próximos presupuestos, tampoco lo hay acerca de la prolongación o no del estado de alarma.

En lo de los presupuestos, Ciudadanos tira ahora hacia el PSOE, mientras que el Partido Popular prefiere entenderse con Vox. Se trata, como es obvio, de una reproducción de lo que ha hecho Arrimadas  con su arrimo a Sánchez, para prolongar el estado de alarma a escala nacional, y Casado con su desnortado arrimo a la extrema derecha.

Cabe la posibilidad de que Ciudadanos y el PSOE, con la colaboración o abstención de Más Madrid, planteen una moción de censura. Sería lo más justo y edificante después de la tragedia vivida en las residencias de nuestros mayores, esos lugares a los que el pensador Víctor Gómez-Pin, autor de El honor de los filósofos, llama arcenes sin alma. 

Quizá tal denominación obedezca a que el alma de los llamados fondos buitre que los administra es cada vez más un desbocado, pingüe y exclusivo negocio, al que deberíamos poner término por dignidad y conveniencia, si es que nos quedan de una y otra lo suficiente para no permitir más lo que ha pasado.

           DdA, XVI/4489                          

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