domingo, 31 de mayo de 2020

EL ECOFASCISMO Y LA SERVIDUMBRE DE LA POBLACIÓN




Lazarillo

Siempre hay que estar atento a las contadas entrevistas que le hacen al politólogo y escritor Carlos Taibo, hasta hace dos años profesor de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid, y autor de una treintena de libros más que recomendables. Aparte de lusófilo convencido, la personalidad de Taibo es una de las más y mejor reputadas dentro del pensamiento libertario, razón fundamental por la que, aun siendo de reconocido prestigio, no  tiene asomo con ningún tipo de colaboración en los medios de comunicación convencionales. Nos perdemos así el sabio proceder analítico de don Carlos, repartido por España en charlas y conferencias allá donde se le requiera. Hoy lo tenemos en Cuarto Poder, por lo que es de agradecer la interviú en este medio, en la que entre otras cosas señala Taibo con respecto al concepto ecofascismo, sobre el que se extiende en su libro Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo. A este Lazarillo le preocupa sobremanera ese concepto y el grado de servidumbre a que puede llegar la población:

"En el núcleo de la propuesta ecofascista hay una discusión demográfica: está la idea de que en el planeta sobra gente, de tal manera que se trataría de marginar a quienes sobran –esto ya lo hacen- y, en la versión más dura, de exterminarlos. Me interesa subrayar que el ecofascismo no es un proyecto negacionista: en modo alguno niega los efectos, dramáticos, del cambio climático y del agotamiento de las materias primas energéticas. Parte, antes bien, del relieve de esos fenómenos y lo que procura es defender obscenamente los intereses de una minoría de privilegiados. Quienes empiezan a dirigir, en la penumbra, el planeta a buen seguro que han tomado nota de la eficacia de muchas de las políticas autoritarias y represivas desplegadas por los gobiernos. Y han tomado nota, en particular, de la servidumbre voluntaria a la que se ha entregado buena parte de la población". 

Siga la entrevista aquí

      DdA, XVI/4514     

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