martes, 28 de abril de 2020

XUAN CÁNDANO, SOBACO ILUSTRADO DE ASTURIAS

Hago de este Lazarillo lo que Miranda escribe acerca del periodista Xuan Cándano, alma mater del mejor periodismo que se hizo en Asturias en lo que va de siglo, al que debemos una de las cabeceras más dignas del periodismo español. Si Atlántica XXII ya no está entre los sucriptores y lectores que la seguían bimestralmente, habrá que preguntarse una vez más por qué el periodismo con esa denominación de origen, que tiene a la deontología por norte y a la independencia crítica por surco, no resiste en el mercado y sí lo hace el que las desconoce o las elude con tanto descaro como necedad. Y también por qué Asturias, cuya historia social cuenta con tanto carisma, ha sido incapaz de apoyar una publicación que contaba con un lustro de vida contra viento y marea. Todo un fracaso, paisanos, de la sociedad progresista asturiana de nuestros días, especialmente de aquella que presume de serlo y que quizá se ha quedado varada en el pasado de tanto mirarse en el ombligo:



Celso Miranda

Xuan Cándano, al que le gusta que le reconozcan como “sobaco ilustrado” porque es fácil verle de mañanas con la prensa bajo el brazo (la prensa en papel, con la tinta manchando los dedos de las manos) es una de las personas más informadas de Asturies, porque se dedica a ello a tiempo completo tanto por profesión como por vocación y, si nos apuran, hasta por vicio. Prueben a intentar charlar un rato con él de cuestiones intrascendentes, a ver cuánto tardan en meterse en alguna trama o asunto convertible en titular de prensa o, cuando menos, en pista para seguir tirando del hilo.

Autor, que nos conste, de un sólo libro, “El Pacto de Santoña”, que poco tiene que ver con las anchoas que ya no lleva el cabreado Revilla a La Moncloa sino con la rendición del nacionalimso vasco a Franco en 1937, y que, sin embargo, define a Xuan como amante de la investigación histórica y de la búsqueda de la mirada alternativa a la visión oficial, una pasión heterodoxa que comparte con el prologuista del libro, su admirado Gregorio Morán.

Cándano es ahora una voz reconocible en los partes de RTVE en Asturies. Se agradece incluso escuchar sus breves crónicas de los partidos del Sporting o del Oviedo, no demasiado agradecidas de por sí, sobre todo esta temporada, pero en las que Xuan, al igual que su compañero Ceferino Montañés, suelen dejar alguna pista literaria para oídos atentos.

Nunca le agradeceremos a este hombre lo suficiente el haber sido fundador, contra las leyes fundamentales de la lógica, la razón e incluso la física, de un medio de comunicación, en formato de revista en papel, Atlántica XXII, donde cabían expresiones de esa Asturies resistente, alternativa, heterodoxa y, sobre todo, que se atrevía a desafiar, por la vía de contar la verdad, a los poderes establecidos en la tierrina. Digámoslo con todas las letras: Xuan Cándano ayudó a denunciar la corrupción en todas sus variables, que son muchas, viniese de donde viniese. Y eso, señoras y señores, tiene un coste muy duro, que suele afectar en lo profesional, en lo económico y en lo personal. Más de 60 números de Atlántica XXII han dado para mucho y han dejado también un enorme hueco que va a costar ocupar.

DdA, XVI/4480

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