La Iglesia católica es la mayor propietaria de este país (con el privilegio además de no pagar el IBI como el resto de los mortales), según el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, pero nadie tiene -ni siquiera la Conferencia Episcopal- el registro de todos los bienes de las setenta diócesis. Además de los 24.000 que admite tener entre parroquias, templos o monasterios, habría que sumar centenares de otros tipo de propiedades relacionadas con el culto, desde pisos en alquiler a garajes, pasando por campos, fincas, colegios, cementerios o las clásicas casas del párroco de los pueblos, en su mayor parte en desuso.
Estoy deseando saber, como posiblemente muchos de
los creyentes de la iglesia católica que todavía la sustentan con su buena fe,
la opinión del papa Francisco, que vive en Roma, acerca del criterio de cura de
la parroquia luguesa de Momán, en el municipio de Xermade, que asimismo presta
sus servicios en el de Guitiriz. Luis Ángel Rodríguez, al que la redactora del
diario El Progreso llama “polémico párroco”, insta a la institución a la que
pertenece a poner a disposición de la administración sus bienes e inmuebles, a
fin de combatir la más grave epidemia que ha sufrido este país en un siglo y ha
causado hasta la fecha más de veinte mil muertes.
Don Luis, por su parte,
anuncia que sí cederá los templos y casas rectorales que le competen, y llama
la atención a la jerarquía eclesiástica por disponer de instalaciones equipadas y no ponerlas a disposición de
la sanidad pública en estas circunstancias, dando con ello muestra de ser “la
institución más egoísta e insolidaria hasta la fecha”.
"La requisa de
hoteles privados que se utilizan como hospitales nos costará dinero público –manifiesta
Luis Ángel Rodríguez-, pero lo que no se requisa son las propiedades y
depósitos de la iglesia", y cita al apóstol Mateo: "Tuve hambre y me diste de comer. Tuve sed y me diste
de beber. Fui huésped y me recogisteis. Desnudo y me cubristeis. Enfermo y me
visitasteis".
Cuando lo que afecta al país es de tal gravedad para toda la humanidad,
Rodríguez Patiño reprocha a la iglesia católica que, teniendo grandes cantidades
de depósitos en los bancos, no haya entregado hasta ahora nada para esta
causa y eluda seguir a Cristo, pues a la iglesia compete “dar testimonio ante
la gente, ante los que sufre”.
Desconozco las homilías que el mencionado cura -más apostólico que polémico- ofrecerá a sus fieles cuando hable en las misas de difuntos por las víctimas
del coronavirus, pero creo que no hay ninguna duda acerca de la proximidad de su lenguaje con
los que sufren las muertes en soledad de los suyos y la lejanía que observan al respecto sus superiores en los obispados.
No estaría mal que el
periodista Évole le hiciera una pregunta al pontífice, cuando vuelva otra vez a confesarse con Francisco, acerca de la opinión y el
proceder del párroco gallego y otros que, como él, cantan las verdades.
Léase@también este extraordinario artículo de un médico jubilado en ElDiario.es: Ni héroes ni villanos: sólo médicos, por Manuel L. Fernandez Guerrero
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