miércoles, 1 de abril de 2020

EL CORONAVIRUS MATA AL ÚLTIMO SOLDADO REPUBLICANO DE LA NUEVE


Félix Población

El maldito virus se está llevando a cientos de ancianos octogenarios y nonagenarios que en España han constituido la generación de los niños de la guerra y la posguerra, los dos periodos más negros y crueles del pasado siglo en nuestro país, pero también están cayendo aquellos aún más ancianos a los que todas las generaciones deben las libertades y la democracia en Europa.

Uno de ellos se llamaba Rafael Gómez Nieto, tenía 99 años de edad y falleció anteayer en una residencia de ancianos de Estrasburgo. Era el último superviviente de La Nueve, la compañía formada por 146 republicanos españoles que liberó París en 1944, entrando en la ciudad con los tanques que llevaban los nombres de su anterior lucha contra la dictadura fascista en España: Guernica, Belchite, Brunete…

Rafael perteneció a la llamada Quinta del Biberón y combatió en la Batalla del Ebro, donde tantos jóvenes soldados de su edad perdieron la vida. Confinado en el campo de concentración de Saint-Cyprien, al final de la Guerra de España, logró establecerse en Argelia con documentación falsa. Allí se alistó en apoyo de los combatientes franceses que combatían a las órdenes del general Charles de Gaulle en Túnez. Posteriormente se integró la Novena Compañía de Philippe Leclerc, formada casi íntegramente por republicanos españoles. 

En agosto de 1944 desembarcó con esa compañía en la playa de Utah bajo el mando del general Patton, para hacer su entrada en París ese mismo verano por el puente de Austerlitz. Conducía en esa histórica ocasión un carro blindado con el nombre de Guernica, la ciudad atrozmente bombardeada por la aviación alemana en abril de 1937. Solo llevaba en su compañía una bandera tricolor española, pero la hizo ondear muy alto, en el balcón del  Ayuntamiento de París, sin que las fotos que se hizo con ese motivo llegaran a ser publicadas. 


Apostolos Santas y Manolis Glezos, los dos de la Acrópolis

La muerte por coronavirus de Rafael Gómez Nieto en una residencia de ancianos de Estrasburgo, tan solitaria posiblemente como la de cientos de octogenarios y nonaganearios en las residencias para mayores españolas, casi ha coincidido con la de Manolis Glezos en Atenas, a los 98 años de edad, el partisano griego que una noche de mayo de 1941 arrió con su compañero Apostolos Santas la bandera con la esvástica que ondeaba en la Acrópolis. Quede el testimonio de sus respectivas luchas como enseña perdurable que tremole contra el olvido en la memoria democrática de los pueblos. Rafael era Caballero de la Legión de Honor en Francia. 

*Artículo publicado hoy también en elsaltodiario.com


   DdA, XVI/4452   

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