Félix Población
El maldito virus se está llevando a
cientos de ancianos octogenarios y nonagenarios que en España han constituido la
generación de los niños de la guerra y la posguerra, los dos periodos más negros y crueles del pasado siglo en nuestro país, pero también están cayendo aquellos aún más ancianos a los que todas las
generaciones deben las libertades y la democracia en Europa.
Uno de ellos se
llamaba Rafael Gómez Nieto, tenía 99 años de edad y falleció anteayer en una
residencia de ancianos de Estrasburgo. Era el último superviviente de La Nueve,
la compañía formada por 146 republicanos españoles que liberó París en 1944, entrando en la ciudad con los tanques que llevaban los
nombres de su anterior lucha contra la dictadura fascista en España: Guernica, Belchite, Brunete…
Rafael
perteneció a la llamada Quinta del Biberón y combatió en la Batalla del Ebro, donde
tantos jóvenes soldados de su edad perdieron la vida. Confinado en el campo de
concentración de Saint-Cyprien, al final de la Guerra de España, logró establecerse en Argelia con documentación
falsa. Allí se alistó en apoyo de los combatientes franceses que combatían a las órdenes del general Charles de Gaulle en Túnez. Posteriormente se integró la Novena Compañía de Philippe Leclerc, formada casi íntegramente por republicanos
españoles.
En agosto de 1944 desembarcó con esa compañía en la playa de Utah bajo el mando
del general Patton, para hacer su entrada en París ese mismo verano por el
puente de Austerlitz. Conducía en esa histórica ocasión un carro blindado con el nombre de
Guernica, la ciudad atrozmente bombardeada por la aviación alemana en abril de 1937. Solo
llevaba en su compañía una bandera tricolor española, pero la hizo ondear muy alto, en el balcón del Ayuntamiento de París, sin que las fotos que se hizo con ese motivo llegaran a ser publicadas.
La muerte por coronavirus de Rafael Gómez Nieto en una residencia de ancianos de Estrasburgo, tan solitaria posiblemente como la de cientos de octogenarios y nonaganearios en las residencias para mayores españolas, casi ha coincidido con la de Manolis Glezos en Atenas, a los 98 años de edad, el partisano griego que una noche de mayo de 1941 arrió con su compañero Apostolos Santas la bandera con la esvástica que ondeaba en la Acrópolis. Quede el testimonio de sus respectivas luchas como enseña perdurable que tremole contra el olvido en la memoria democrática de los pueblos. Rafael era Caballero de la Legión de Honor en Francia.
*Artículo publicado hoy también en elsaltodiario.com
Apostolos Santas y Manolis Glezos, los dos de la Acrópolis
La muerte por coronavirus de Rafael Gómez Nieto en una residencia de ancianos de Estrasburgo, tan solitaria posiblemente como la de cientos de octogenarios y nonaganearios en las residencias para mayores españolas, casi ha coincidido con la de Manolis Glezos en Atenas, a los 98 años de edad, el partisano griego que una noche de mayo de 1941 arrió con su compañero Apostolos Santas la bandera con la esvástica que ondeaba en la Acrópolis. Quede el testimonio de sus respectivas luchas como enseña perdurable que tremole contra el olvido en la memoria democrática de los pueblos. Rafael era Caballero de la Legión de Honor en Francia.
*Artículo publicado hoy también en elsaltodiario.com
DdA, XVI/4452
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