viernes, 27 de marzo de 2020

LA MÉDICA ISABEL MUÑOZ Y LAS BANDERAS A MEDIA ASTA

Félix Población

La cainita oposición de la derecha extrema y la extrema derecha, cuyos antecedentes en la política española están marcados por mentir sobre la autoría de la masacre del 11-M y hacer uso y abuso electoralista de las víctimas del terrorismo etarra durante lustros, vuelve a insistir en su estrategia funeraria, sin dar una sola idea para tratar de paliar la más grave crisis sanitaria que ha sufrido este país desde la pandemia de gripe de 1918 (200.000 fallecidos).

Todo lo que se le ha ocurrido al líder del Partido Popular, durante la sesión parlamentaria en la que se decidió prolongar el estado de alarma, ha sido la izada de banderas oficiales a media asta, la convocatoria de unos funerales de Estado por las víctimas cuando todo esto acabe y un monumento a su memoria. Esto es, que después de haber reducido la capacidad de servicio de la sanidad pública durante los años de gobierno de don Mariano, la derecha extremada por Vox tiene más en cuenta la memoria y los honores ceremoniales a los fallecidos que la vida de los que siguen peleando por su salud y el incansable y encomiable trabajo de quienes los atienden en los hospitales, ese gran colectivo de sanitarios (por competente y solidario), el más contagiado por la enfermedad en todo el mundo por la carencia de equipo con el que protegerse. 

La médica rural Isabel Muñoz pagó muy cara esa carencia. Todos los vecinos recuerdan a Isabel Muñoz (El Espinar, 1960) como una médica competente y cariñosa -especialmente con sus pacientes de mayor edad- en aquellas localidades salmantinas en las que prestó sus servicios:  Fuenteguinaldo, Cantalapiedra, Topas, Guijuelo y, por último, La Fuente de San Esteban. Recta y servicial, así será recordada por quienes la conocieron y requirieron su atención profesional. 

No debería esperar demasiado el Ayuntamiento de Salamanca para dedicarle a esta doctora un homenaje a su memoria. Quienes se dejan la vida por la vida de los demás merecen por lo menos que su ejemplo perviva entre nosotros, sobre todo por representar actualmente a todo ese colectivo de trabajadores de la sanidad pública que, en unas condiciones muy adversas por tantos recortes aplicados en su ámbito, pelean contra el Covid-19.

Para el año actual, España había presupuestado para el gasto sanitario público un 5,9% de su PIB, si bien las cuentas ahora se pospondrán al 2021 por esta crisis. Este porcentaje era del 6,77% en el 2009. Cataluña, una de las comunidades que más recortó en los últimos años, dedica tan solo el 3,9% de su PIB a la sanidad pública. La media europea es del 7,5%. Y a la derecha extrema y la extrema derecha solo se le ocurre como mejor iniciativa las banderas a media asta y los funerales de Estado. 




LOS VOTOS A LOS CORRUPTOS HAN AUMENTADO LAS MUERTES DE ESTA PANDEMIA
Gabriel Risco
Ayer a las 8 de la tarde salí al balcón a aplaudir a las personas que trabajan en la sanidad, especialmente ahora, en esta pandemia del coronavirus, que lo están haciendo con enormes riesgos para su salud y sin los medios necesarios. Y grité ¡Viva la Sanidad Pública!
Esta Sanidad Pública que los recortes salvajes han dejado en cueros y cuyos responsables, los llamados liberales, han abandonado y han dejado indefensos a los profesionales que trabajan en ella, como estamos viendo estos días.
Después de aplaudir, ya en plena vigilia, he tenido un sueño. Un sueño en el que la mayoría, la inmensa mayoría de mi país no sólo se acuerda de “Santa Bárbara cuando truena”; no se acuerda sólo de sus sanitarios, de su sanidad, cuando tiene miedo a perder su salud y su vida. Una inmensa mayoría que sabe que para tener la mejor sanidad del mundo es necesario dinero para profesionales bien pagados y formados, medios materiales y fondos para investigación.
Una mayoría que tiene y tendrá memoria y recordará siempre que los votos a los corruptos, a los que han dejado desnuda a la sanidad, son votos que han aumentado las muertes en esta pandemia.
Sueño de país que torne los aplausos y abrazos de los balcones en orgullo de pagar impuestos. Un país que sabe que sin impuestos no podrá haber mejor sanidad. Un sueño de país en el que no se escuchará la frase “con IVA o sin IVA” en el momento de una compra o de una obra o servicio. Una ciudadanía que reprocha en público a las empresas que no pagan impuestos o no pagan la seguridad social de sus trabajadores.
Sueño que nunca más aplaudiremos a ningún deportista, actor o personaje público que cotice fuera de España; que todos dejaremos de comprar a empresas que se van a paraísos fiscales y nos roban lo de todos.
Un sueño de país, de ciudadanía, que se avergüenza de la corrupción y de los corruptos; que no perdona ni perdonará nunca a los corruptos. Una mayoría que tiene y tendrá memoria y recordará siempre que los votos a los corruptos, a los que han dejado desnuda a la sanidad, son votos que han aumentado las muertes en esta pandemia.
Sueño que los aplausos de cada tarde son un grito de solidaridad entre nosotros, entre la inmensa mayoría de nuestro país, que se traducirán mañana y después del coronavirus en la realidad de la MEJOR sanidad pública y universal que todos, todos, pagaremos con nuestros impuestos, cada uno según su capacidad, y lo haremos con orgullo.  Y no serán necesarias las donaciones caritativas.

PD. Extiendo el aplauso a todas las personas que en esta situación siguen trabajando para que los demás sigamos cumpliendo el confinamiento: tiendas, supermercados, transportistas, y también en especial a las personas que trabajan en las residencias de personas mayores.
    DdA, XVI/4447     

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