martes, 17 de marzo de 2020

LA ESPECTACULAR RESPUESTA DE CHINA ANTE EL CORONAVIRUS

Lazarillo

Después de haber leído el artículo que el potentado escritor Mario Vargas* firmó el pasado domingo en el diario El País, en el que criticaba al Gobierno de aquella república por su comportamiento en el inicio de la epidemia del coronavirus en China, sin reparar, por supuesto, en lo que hubiese ocurrido en un país tan afín a su pensamiento como Estados Unidos donde la salud tiene precio, me parece muy interesante el artículo que publica en Cuarto Poder mi estimado amigo Manuel Monereo (China: elogio de las fronteras), en el que analiza la exitosas respuesta que -después de una actuación en principio desordenada- ha dado la República Popular China a la epidemia que hoy ya es pandemia: ""China se dio cuenta de la gravedad del problema del coronavirus, de su enorme importancia existencial y de su dimensión geopolítica".  Asistimos en la actualidad, después de que aquel país soportara el foco inicial de la pandemia y lo resolviera con una celeridad y diligencia admirables, a la ayuda que su Gobierno está prestando a naciones que, como Italia y España, se encuentran ahora más seriamente afectadas por la incidencia del mal. Todo ello ha ocurrido en menos de tres meses y da idea de la que Monereo llama espectacular respuesta de China a la enfermedad, "poniendo de manifiesto qué tipo de Estado es, qué instrumentos tiene y cuál es su eficacia sistémica". También nos recuerda nuestro apreciado politólogo al fallecido escritor y economista egipcio Samir Amín cuando repetía constantemente que la transición al socialismo había que pensarla como un proceso histórico de larga duración, pleno de contradicciones, de avances y retrocesos y de sonoros fracasos. Dice Monereo:


"Es cierto que, en un primer momento, China actuó desordenadamente. Como suele ser normal, los portadores de malas noticias no fueron escuchados y algo peor, se les reprimió. Es un dato importante que señala debilidades del sistema. Pronto, muy pronto, la dirección política del país se dio cuenta de la gravedad del problema, de su enorme importancia existencial y de su dimensión geopolítica. Por mucho que se quiera ignorar, ya no es posible ocultar que la respuesta de China al coronavirus ha sido espectacular poniendo de manifiesto qué tipo de estado es, qué instrumentos tiene y cuál es su eficacia sistémica.
La palabra clave es gestión pública. Delante de nuestros ojos hemos visto en tiempo real un conjunto de decisiones políticas organizadas, ordenadas y en cascada, movilización de recursos de enormes dimensiones, planificación de acciones y coordinación de administraciones desde una disciplina social estricta. Una administración pública se mide en las crisis y hemos visto una burocracia eficiente capaz de auto enmendarse en la propia implementación de las decisiones. Es cierto que ha habido disonancias y que faltan mecanismos para la detección de riesgos y las alarmas subsiguientes.
Los 1.400 millones de chinos continentales han podido percibir la existencia de un gobierno que genera seguridad, protección y garantía para el porvenir. Se suele hablar de la legitimidad de origen y de la legitimidad de ejercicio, pero se olvida la legitimidad por los resultados que refuerza y actualiza las otras dos. Es un viejo tema de la cultura política china, a saber: que no hay gobierno duradero y estable sin el consenso de la sociedad en su conjunto. Lo que seguramente no será del todo entendido es que detrás de un estado fuerte está el control sobre la libre circulación de capitales, la socialización real de la inversión y un aparato financiero bajo dominio público. Se ha hablado de China como capitalismo de Estado. Habrá que matizarlo  y ver hasta qué punto este país es algo más que el fracaso de la vía China al socialismo. Samir Amín –me acuerdo mucho de él- nos decía, una y otra vez, que la transición al socialismo había que pensarla como un proceso histórico de larga duración, pleno de contradicciones, de avances y retrocesos y de sonoros fracasos.
Sí, la globalización comienza su fin. La guerra económica seguirá en un nivel aún más alto y la rivalidad estratégico-militar se incrementará. Los que llevamos décadas tomándonos en serio la crisis ecológico-social del planeta sabemos que en su núcleo está el poder, su estructura, organización y fundamentos ideológicos. Fabular armoniosas y globalizadoras transiciones al margen de la dinámica de confrontación de las grandes potencias no parece demasiado realista; soñar con un orden internacional democrático y justiciero sin transformar las relaciones sociales de eso que llamamos el capitalismo imperialista es quedarse en las afirmaciones huecas; defender, cumbre tras cumbre, propuestas sin conexión con los problemas reales, termina por legitimar el desorden existente y convertir el ecologismo político en un eslogan electoral.
No tardando mucho, veremos a China ayudando a los demás países a salir de la crisis del coronavirus, a enviar especialistas, medios y experiencia. China nunca ha tenido ambiciones imperiales. Sabe que su hegemonía se basará en su capacidad para organizar un mundo multipolar que asegure un nuevo orden fundado en la soberanía de los estados, en la no injerencia y en relaciones económicas justas y sostenibles. La historia se acelera y nos cambiará".

*Cita del escritor Vargas, gentileza de Enrique del TesoVargas Llosa, en La llamada de la Tribu: “La Seguridad Social y el seguro médico, servicios que, aunque en un momento fueron privados, ahora son cada vez más, en todo el mundo, prestaciones del Estado, constituyen una prueba típica de que con las mejores intenciones se crean a veces problemas de imposible solución; […] mediante medidas como los impuestos progresivos que se dan con la intención de corregir excesivas desigualdades y estimular la igualdad de oportunidades, se obtienen efectos contraproducentes, desalentando las inversiones y la creatividad empresarial, anulando la competencia y abriendo las puertas a un control en la vida económica que empobrece a la nación y la sume en el letargo estatista.”

    DdA, XVI/4437    

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