jueves, 27 de febrero de 2020

LA LIBERTAD DE EDUCACIÓN Y LA IGLESIA



El arzobispo de Oviedo, el barbado Sanz Montes, respondió así en una reciente entrevista publicada en un diario de aquella región a propósito de la llamada educación concertada y el nuevo Gobierno de coalición que desde hace casi dos meses tiene España. El periodista le pregunta si teme que pueda haber algún cambio en ese sentido y esto contesta su eminencia en nombre de todos los cristianos, sean católicos, Testigos de Jehová o pentacostales:


–Es posible, porque se ha repetido hasta la saciedad esa especie de mantra de la escuela laica, pública y única. Si retirásemos del escenario educativo la presencia de la Iglesia el país se vendría abajo. No podría asumir el Estado esa educación laica, única y pública. Evidentemente, no lo vamos a hacer, por eso estamos luchando. No pedimos un privilegio, pedimos libertad, en aras de una sociedad plural y tolerante, que hace del diálogo una de sus banderas. Enseñamos con enorme profesionalidad, no estamos haciendo una educación reaccionaria, parelela o contradictoria. Lo que ocurre es que nosotros queremos volcar también una manera de ver la realidad y de auscultar la historia, que es el modo de visión de los cristianos. Y somos capaces de convivir con otras historias y otros modos de enseñar. ¿Y quién debería tener la libertad para elegir uno u otro modelo? Quienes son los depositarios de sus hijos. Que no sea el Estado el que esté manipulando, totalitariamente, dictatorialmente, la educación de tus hijos, imponiéndoles lo que tú para los tuyos no quieres.


La organización hizo esta peculiar distinción en una nota sobre recogida de ropa repartida en A Coruñ
DdA, XVI/4419

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