viernes, 14 de febrero de 2020

LA EUTANASIA Y LOS DIOSES DE LA DERECHA RETRÓGRADA


Alejandro Álvarez

Las derechas retrógradas adoran unos u otros dioses en función de la temática de la que haya que tratar en cada coyuntura política, pero siempre esos dioses de la derecha traen malas nuevas a los mortales: en unos casos, quieren hurtarnos derechos individuales, negándonos la libertad de elegir con quién nos casamos, si nos divorciamos o no, si abortamos o no, y si, en situaciones penosas, acabamos o no con una vida condenada al sufrimiento inútil. Y nos lo niegan porque eso es potestad de un dios ultraterreno y no nuestra; en otros casos, sin embargo, es un dios muy terrenal, el Capital, el que dicta las decisiones de las derechas y entonces nos niegan derechos colectivos laborales, o de pensiones, o de salud, o de educación, o de servicios sociales, o de ayudas a la dependencia,… porque esos derechos atentarían contra la doctrina (los intereses) del Capital.
Ahora, con la eutanasia, como con el divorcio y el aborto, la derecha se mueve en la órbita que dicta la Iglesia católica, con su doctrina ultraterrena, y ha vuelto a poner de manifiesto su sostenida estrategia de la mentira en su acción política.
Esta propuesta de ley trata de otorgar un derecho que ciudadanas y ciudadanos podrán ejercer libremente, a su arbitrio, como derecho individual, un derecho, por cierto, bastante restringido por unas “garantías” estrictas, no solo para los profesionales involucrados (objeción de conciencia) sino también para la defensa del derecho a la vida, con un marco muy escrupuloso que delimita las situaciones en las que alguien puede solicitar ayuda para “morir dignamente, sin sufrimiento”, marco insuficiente para quienes defendemos el derecho, garantista pero irrestricto, a elegir la propia muerte según nuestra voluntad “consciente”. Conviene recordar que la ley no marca las condiciones para que se dé la eutanasia, no confundamos, pues no hay condiciones en las cuales los profesionales practicarán la eutanasia a los pacientes; la ley establece las condiciones en las que una persona, con plena consciencia y voluntad, puede solicitar la eutanasia y se le ayude en ello. Y tales condiciones, como ya dijimos, son bastante estrictas. No se trata, pues, de que el legislador establezca cuándo deberá practicarse la eutanasia sino cuándo podrá solicitarse individualmente.
En este caso, la “doctrina” a la que se acogen PP y VOX no permite la “libertad individual” de la que suelen hacer gala en otros casos. Según el mandamiento de ese dios al que en el fondo se acogen no tenemos esa libertad de elección del final de la propia vida, porque no nos pertenece. Pero como hablar con claridad de ese no reconocimiento puede enfadar a algunos, la derecha recurre a otros argumentos, necesariamente mentirosos y hasta indecentes. Decir que "el PSOE tiene un grave problema de sostenimiento de los servicios públicos" y que ley sobre la eutanasia, "es una manera de evitar costes", o afirmar que estas personas son “empujadas al fallecimiento por la vía de la eutanasia para ahorrar ", y que la iniciativa corresponde, por tanto, a la "filosofía de la izquierda para evitar costes", decir eso es sobrepasar cualquier límite decente en la oposición política. Y más cuendo lo dice un partido que se ha pasado por el forro la ley de dependencia, que ha abandonando a su suerte y a su sufrimiento, para ahorrar costes, a esas personas cuya vida dice defender, o que ha fomentado la pobreza energética y los desahucios, o que ha devaluado las pensiones y ha recudido las ayudas para esas familias carentes de recursos, como ha denunciado el relator de la ONU, lo que es una de las causas, no se olvide, de que en España haya cada año más de 3000 suicidios, de los cuales no desean hablar para que no se sepa la realidad triste que los provoca. Afirmar, como hace el PP, que la iniciativa lo que hace es "totalizar" el Estado, que decide "qué vida es digna de ser vivida", o decir, como hace VOX, que esta ley "convierte al Estado en una máquina de matar" y "a los médicos en sus cómplices y verdugos", es manipular groseramente la verdad para producir el engaño. Y ello porque el Estado (o el legislador al promulgar la ley) no dice cuándo hay que proceder a la eutanasia sino que deja en manos de la libertad individual elegir si prefiere acabar con su vida cuando esta está sometida a un sufrimiento inútil o escoge seguir con ese sufrimiento hasta el final. Podemos decir que el Estado desaparece tras la promulgación de esa ley excepto para garantizar esa libertad individual dentro del marco que se fija. No hay un Estado totalizador ni un Estado convertido en máquina de matar, pues no es el estado el que decide sino el individuo. La acción del PP y VOX se convierte, así, en maldad, concebida como acción malvada (el engaño, la mentira) destinada a conseguir el beneficio de los votos, es decir, de poder, que es lo que pretenden PP y VOX al convertir, como siempre, a la ciudadanía en pura mercancía electoral. Y esos mensajes buscan influir en esa parte de la población que, sin pretenderlo, al repetir esos mensajes, cae en la estupidez, concebida como la acción malévola (el engaño, la mentira) sin lograr con ello ningún beneficio propio.

Para el PP y VOX hay otro dios, el Capital, ante el cual rinden pleitesía total y defensa absoluta del criterio de lo individual: las relaciones laborales deben ser relaciones individuales y no colectivas; si no tienes recursos para pagar la luz y te mueres de frío es una cuestión individual; si te quedas en la calle porque un fondo buitre te echa de la casa que ocupabas, es un problema individual, que no se debe cuestionar porque el dios capital así lo exige; la pensión debe ser considerada como una cuestión individual y no social, y, así, exigen que, quien individualmente pueda, se haga un fondo de pensiones para alimentar el vientre del dios Capital y si estos fondos los devora ese monstruo pues sí recurrirán a esquilmar colectivamente los bolsillos de los pobres para hacer la ofrenda a ese dios y llenarle de nuevo el buche. Porque este dios terrenal tiene unos intereses distintos al ultraterreno, y más poderosos que los de este, de ahí que la derecha, cuando hay conflicto entre el dios ultraterreno y el terrenal, se pone siempre del lado de este, que les resulta más cercano y poderoso.


               DdA, XV/4407             

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