viernes, 24 de enero de 2020

PEPA FLORES PRESERVA SU DERECHO AL OLVIDO

Imagen de una sesión fotográfica de 1969.
Imagen de una sesión fotográfica de 1969.
Massimo Stecchini a un periodista del diario  El País son de una elocuencia absoluta y honran la personalidad de su compañera, cuyo silencio sobre la vida que le dio nombradía y popularidad, en lo últimos decenios de la dictadura, nadie logrará romper, con ser uno de los más preciados para hacer memoria:


—Es muy difícil mantener el equilibrio en esta situación. Pepa está encantada con las muestras de afecto. Pero lo pasa muy mal. Ante todo quiere preservar su derecho a olvidar, y en este caso es complicado, más con todo este cariño que suscita. Pero es mi mujer, mi niña, y cuando le viene ese velillo de tristeza por los ojos a mí se me parte el alma. Mira que ella es incapaz de hacer un mal gesto y sabe que el Goya de Honor es un reconocimiento y lo agradece, y se recogerá, como es lógico. Pero es que cada vez que aparece por algo o surge por algo, siempre tiene que entrar uno que te joda la vida. Y en el caso de mi Pepita es que no hay nadie ni nada, ni cheque en el mundo, que la cambie. Ni siquiera estas semanas que nos han ofrecido un dineral, hasta, mira…, repugnante, pero es que no hay nada, repito, ni para aclarar todas esas tribulaciones y el mal rollo, que pueda hacer regresar en ella esos momentos jodidos. El hecho de hablar contradice su elección de ser alguien no público: no desea crear malentendidos. Y eso es. Explícalo de la mejor forma que puedas, por favor. Ella ha ido solventando la vida sin dolor y sería tremendo volver otra vez a revivir cosas. Nada, no queda otra salida que la normalidad. De esa boca no va a salir una palabra. Porque todo el mundo quiere hablar de su pasado. ¿A que de ella no os interesa el futuro? Y no lo tomes como un gesto de egolatría, ¡qué va! Todo lo contrario. Hace 35 años decidió que no hablaría y es complicado. Tú a mí llámame las veces que quieras, a tu disposición, a vuestra disposición siempre, pero ella nada.

                 DdA, XVI/4386            

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