miércoles, 25 de diciembre de 2019

LA CUARTA OLA, POR NURIA VARELA

“El feminismo no es uno, sino que en su composición puede ser comparado con una gota de mercurio que estalla y se pluraliza, pero que guarda dentro de sí una composición que le permite multiplicarse, separarse y volver a unirse por medio de alianzas” (Sayak Valencia).



Alicia Población Brel
(Re(en)señas)

Periodista máster en Estudios Interdisciplinares de Género y doctora en ciencias jurídicas y sociales, Nuria Varela es también escritora experta en feminismo y violencia de género. Fue la primera directora de gabinete del Ministerio de Igualdad el año de su creación, 2008.

Este 2019 sacó lo que se podría decir que es la continuación de su libro “Feminismo para principiantes”: “Feminismo 4.0. La cuarta ola”. En este volumen se centra en un análisis de las últimas teorías y propuestas del movimiento político y social haciendo un breve repaso cronológico del feminismo en sus primeras páginas y especial hincapié del movimiento español en los últimos capítulos.


Entre las cosas que más destaca en el libro, antes y después de explicar las diferentes ramas y teorías dentro del movimiento feminista, es la necesidad de un “nosotras” frente a un problema común: “Fijar en el imaginario colectivo la soledad de las desobedientes, incluso la rivalidad y competencia entre mujeres, ha sido una argucia patriarcal combatida por el feminismo desde sus inicios. Es precisamente cuando las mujeres comienzan a articular un “nosotras”, femenino plural, cuando comienzan a organizarse y a tomar conciencia de género, cuando aparece el feminismo como política y movimiento social, aparece el feminismo como un proyecto colectivo y emancipador”.

Habla el libro sobre el feminismo radical  y también lo define. Su connotación actualmente parece haber adoptado un cariz negativo, cuando el nombre deriva del sentido marxista de tomar las cosas por la raíz y, en este caso, ir a la raíz misma de la opresión.

Entre otras muchas citas menciona a Silvia Federicci y su libro “Calibán y la bruja”, afirmando que la caza de brujas que se llevó a cabo entre los siglos XV y XVII fue una reacción patriarcal contra la independencia de las mujeres, solteras y viudas, es decir, las que no se subordinaban a un hombre, la criminalización del aborto y el rechazo general a las mujeres de más edad, entre otras razones por su dependencia a las tierras comunales, dado que no tenían acceso al trabajo remunerado. Con la privatización de las tierras que auguraba la llegada del capitalismo las mujeres mayores fueron las más penalizadas. En muchas ocasiones se habla de la Inquisición, pero la mayoría de las sentencias de estas mujeres las dictaron tribunales civiles. 


Uno de los puntos más a tener en cuenta del libro es cómo trata y analiza el sentido que se le da a la palabra “género” y la importancia de la conceptualización en nuestro tiempo. Se describe el género como algo marcado por la influencia de la cultura en el comportamiento y la caracterización de los sexos. Es decir, el sexo es biológico, el género es cultural. El conflicto y la subordinación, como bien dice Varela, surgen cuando sobre las diferencias se construyen desigualdades.

Tras esta definición se podría hablar de las tres grandes ramas, y de sus diferencias, dentro del feminismo. Por un lado, el feminismo de la igualdad, que pretende librarse del género y superarlo; el feminismo de la diferencia, que directamente lo rechaza puesto que utiliza como concepto pivote el de la diferencia sexual; y el posfeminismo, feminismo queer y transfeminismo que quiere fluir entre los géneros, que pueden ser tantos como personas. Frente a estas ideas Varela recalca el peligro de desdibujar el concepto de género sin haber llegado a una igualdad real entre hombres y mujeres. Lo que no se nombra no existe. “Desdibujar las fronteras sin quemar los puentes”, propone Rosi Braidotti.


No podemos renunciar a pensar históricamente ni entrar en la confusión capitalista de creer que nuestros deseos son también derechos. Por supuesto, en el libro no deja de mencionar el tema de los vientres de alquiler, comparando el “neolenguaje” de la novela de Orwell con el “neoderecho”, entendido como el éxito de construir una aspiración que, tras haberla normalizado y popularizado, se ha convertido en algo legítimo. Analiza también el tema de la industria del sexo (femenino), un apellido que -recalca- habitualmente eludimos, y la define Kajsa Ekis Ekman: el sexo entre dos personas: una quiere y otra no. Como el deseo está ausente el pago ocupa su lugar. Varela cita el modelo sueco de 1998 como opción y solución al sistema prostitucional.

Entrando en los últimos capítulos, la autora señala que durante la Transición hubo cambios significativos a favor de los derechos de las mujeres, pero que pese a todo la Constitución del 78, a día de hoy vigente, solo tuvo padres. Entre sus deficiencias está el que no se tuviera en cuenta una norma elemental del Derecho que establece que cuando se parte de una situación de desigualdad no se puede dar un trato de igualdad. He aquí la diferencia fundamental entre igualdad y equidad*.


Un libro necesario para entender la realidad que vivimos y la Historia de la que venimos, con ánimo de aprender hacia dónde debemos caminar y por qué debemos luchar para llegar a un futuro que garantice la igualdad real.

Feminismo 4.0. La cuarta ola.
Nuria Varela.
EDICIONES B, 2019.
 
*Según la RAE: Equidad: Principio de justicia material que debe ponderarse en la aplicación de las normas en atención a las circunstancias del caso. 

                DdA, XV/4364                 

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