sábado, 2 de noviembre de 2019

MIENTRAS LA ESPAÑOLA PACTA CON ELLOS, LA DERECHA VASCA (PNV) NO DA LA MANO A FRANQUISTAS



Félix Población

Ayer tuvimos la oportunidad de ver, por primera vez en la historia del régimen que nombra la aprobación de la Constitución de 1978, a un partido de ultraderecha en un debate nacional con los restantes partidos que se presentan en España y alguno de los que lo hacen en el País Vasco y Cataluña (PNE y Esquerra Republicana). 

Durante las intervenciones en La Uno de RTVE apenas hubo alusiones a la exhumación de Franco y las únicas que se centraron en la gran lacra de la democracia españoles (las víctimas del franquismo enterradas sin nombre en fosas y cunetas) corrieron a cargo de Irene Montero. Al hacerlo, quien figuraba como representación de ese partido de extrema derecha -al que las últimas encuestas dan unos mejores resultados que los de abril gracias al independentismo catalán cerril de Torra y algarada- se permitió la bajeza de sonreir, como si esa ignominia que compartimos con Camboya fuera motivo de chanza. 

Desconozco lo que hicieron los convocados ayer en el programa en cuestión al término del mismo, pero la actitud más coherente nos la dio el señor Aitor Esteban, portavoz del Partido Nacionalista Vasco, negando el saludo al señor Espinosa de los Monteros. No es cuestión de educación -explicó Esteban al respecto-, sino de principios. El motivo lo aclaró un poco más el propio Partido Nacionalista Vasco en un twitter que reza así: "En efecto, Aitor Esteban, ha negado el saludo a un tipo que cinco minutos antes le había llamado, a él y a las mujeres y hombres de su partido, “racistas y xenófobos”. No es una cuestión de educación, sino de principios y dignidad. Las vascas y los vascos no damos la mano a franquistas".


PS. Comenta mi estimado amigo Victorino García que hace unos días tuvo lugar una manifestación legal en Salamanca, y por lo tanto autorizada, a favor de la libertad de los presos independentistas recientemente condenados por el Tribunal Supremo. El número de asistentes no superó los dos centenares pero si congregó, en contra, una treintena de neofascistas que se manifestaron de modo espontáneo, no legal ni autorizado, sin que la policía convocada en torno a una y otra hiciera valer la Ley de Memoria Histórica, según la cual están prohibidas todo tipo de exaltaciones públicas a la dictadura franquista, que son las que se dieron por parte de los manifestantes no autorziados. Vivas a Franco, insultos a Cataluña y saludos nazis o a la romana, sin que la autoridad se sintiera llamada a intervenir por constituir claramente un delito de odio. Luego los neofranquistas se fueron a La Gaceta de Salamanca a contarlo y se les acogió con parabienes por tratarse de "la gente normal que vive en España".

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       DdA, XV/4326                            

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