Félix Población
Estos días atrás, el autodenominado Tsunami democrátic ha promovido en los pasos fronterizos de Cataluña con Francia grandes atascos en el transporte público que han ocasionado pérdidas económicas considerables. Una vez concluidas sus acciones obstaculizando el paso de vehículos, Los Comitès de Defensa de la República (CDR) amenazan con seguir llevando el caos a aquel país si
no se cumplen una serie de exigencias que anoche hicieron públicas a
través de Twitter. Aseguran que mientras haya “rehenes, no haya libertad
de reunión y de expresión y no podamos ejercer el derecho a la
autodeterminación, habrá caos”. “Independencia o barbarie”, apuntan.
Este comunicado viene a coincidir con el artículo firmado por Joan Tardá en El Periódico, en el que exportavoz de Esquerra Republicana de Catalunya expone lo siguiente respecto al papel que debe jugar su partido ante la firma del preacuerdo para un gobierno de coalición suscrito el pasado martes por el PSOE y Unidas Podemos. "Al republicanismo -dice Torra en alusión a ERC- debería tocarle profundizar en la praxis del diálogo y del no bloqueo en cuanto a la acción a desplegar en Madrid. Y, en nuestro país, comprometerse (aunque vuelvan las acusaciones de 'botiflerisme' por parte de 'indepes' nacionalistas), a garantizar las iniciativas del catalanismo no independentista,
y de igual manera, por razones democráticas, deberá exigir a la
contraparte una actuación idéntica hacia la opción independentista".
Aboga Tardá porque Esquerra, como fuerza mayoritaria en Cataluña, vertebre lo antes posible un gobierno y unas mayoría parlamentarias "que se sustenten en una base social más amplia en coherencia con la existencia de un mayor número de catalanes favorables al referéndum que a la independencia. Un gobierno de frente amplio autodeterminista que, de otro modo, aspire a buscar un diálogo franco con el PSC para el logro de una negociación con el Reino de España de carácter bilateral que haga posible la resolución democrática del conflicto a
través de un plebiscito en que autonomistas/federalistas, por un lado, e
independentistas, por otro, puedan votar favorablemente su propia
opción".
Teniendo en cuenta la indispensable colaboración de Esquerra Republicana para que un gobierno progresista de coalición sea hacedero por primera vez en España, la praxis del diálogo de la que habla Tardá solo será posible con ese gobierno y no con el que con toda probabilidad se podría formar con una nuevas elecciones, si fracasa el primero. De momento, como señal de alarma muy significativa del grado de enconamiento al que ha llegado el conflicto catalán, ya tenemos a unos energúmenos planteando en sus comunicados una disyuntiva intolerable para el clima de diálogo que Tardá afana: "Independencia o barbarie".
Falta de cultura o civilidad, fiereza y crueldad (acepciones del segundo de los términos según el diccionario de la RAE) son lacras que nuestro país vivió durante décadas muy recientes, en una disyuntiva idéntica a la que ahora se repite, como para no condenarlas de manera inmediata y rotunda en cuanto asoman, con el president Torra a la cabeza.
DdA, XV/4338
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