miércoles, 13 de noviembre de 2019

DEL GOBIERNO DE COALICIÓN QUE VIENE AL QUE PUDO SER


Félix Población

Lo que no se logró en tres meses, se consiguió en veinticuatro horas, a partir de la mañana del pasado lunes en la que el gurú Redondo llamó al gurú Gentile dando casi por hecho que esta vez el gobierno de coalición iba a ser posible. Después, bastó un café en La Monloa de no más de una hora de duración entre Sánchez e Iglesias para que el organigrama y el decálogo del nuevo gobierno fueran elaborados. 

La firma del preacuerdo, ayer a mediodida, sorprendió a propios y extraños porque toda esa súbita gestación y resolución únicamente contó con el concurso de sus dos principales protagonistas, más la colaboración de Lastra y Montero. Cobraba así realidad una de las frases más reptidas por Pablo Iglesias a lo largo de la brillante campaña electoral dirigida por Juanma del Olmo y Manu Levin: "Las cosas importantes no se consiguen a la primera". 

Y si a ese apotegma propio de la sabiduría popular se le añade la peor noticia del pasado domingo (el notable ascenso de la ultraderecha en las urnas) y el independentismo unilateralista y radical que la derecha nacionalista catalana cuece en Waterloo, se entiende mucho mejor la que ayer fue sin duda alguna la noticia histórica más importante de los últimos decenios: la formación de un gobierno de coalición por primera vez en España desde la segunda República. 

Todo parece indicar, con el concurso todavía pendiente  de Esquerra Republicana, que ese gobierno va a ser posible, pero también que tendrá que hacer frente a dos cuestiones, sobre todo, que se lo van a poner muy difícil: Cataluña y la inminente recesión económica. Si a eso sumamos la animadversión de una derecha radicalizada con Vox y la de una mayor parte de los medios de comunicación, la legislatura va a ser en extremo combativa y dificultosa para el gobierno naciente. No olvidemos tampoco al gran empresariado, claro.

El raudo preacuerdo firmado ayer hace aún más torpe y temeraria la estrategia política del PSOE  al convocar elecciones después de su primera victoria esta pasada primavera. Con ser mala noticia que el pasado domingo la ultraderecha haya más que duplicado los resultados de abril, la peor hubiera sido que sumara con la derecha y tuviéramos al día de hoy la expectativa de un gobierno de coalición con Vox dentro. Que en lugar de eso tengamos a la vista el gobierno que viene es ya de por sí celebrable.

PS. El que dos fuerzas políticas del arco parlamentario, cuyos diputados han sido elegidos en unas elecciones democráticas, hayan llegado a un acuerdo de gobierno suscita el visceral rechazo de todo un conglomerado mediático, empresarial y político. Entiendo su oposición a un gobierno que se supone va a poner en práctica políticas diferentes a las suyas, esto es legítimo y nada hay que decir contra ello. Pero resulta inadmisible la virulencia, el tono agresivo y hasta la referencia a sacar al Ejército a las calles. Por desgracia para esta sociedad, hay una parte sustancial de la misma que no entiende el juego electoral y la posibilidad de que diversos partidos puedan alternarse en la gobernación del Estado. La educación, en este caso en valores democráticos, deja una vez más en evidencia sus enormes carencias. Goti del Sol

Ítem: De Españoles no nos dejéis (gobernar) solos, de Isaac Rosa en eldiario.es: 

Criticadnos, por supuesto; denunciad nuestros incumplimientos, exigidnos coherencia y valentía, montadnos manifestaciones y hasta huelgas, pero no nos dejéis solos, que para resolver lo mucho pendiente, lo urgente y lo venidero, hace falta mucho más que un gobierno: al fascismo -ese que con nuestra torpeza hemos contribuido a engordar- no se le combate solo ganando elecciones, ni siquiera gobernando. Hay mucho trabajo que hacer fuera de las instituciones, y buena parte de ese trabajo os toca a vosotros.
No nos dejéis solos, porque esto en una emergencia. No solo el fascismo: más aún la emergencia social en la que viven tantos, y la emergencia climática que hoy no nos tomamos en serio y nos acabará alcanzando, y la insoportable incertidumbre ante el futuro. Si no ponemos todas nuestras fuerzas en combatir esas emergencias y reducir esa incertidumbre, el fascismo ganará terreno. Y mucho más si fracasamos en este intento.
No nos dejéis solos, hacedlo por vosotros. Porque si sale mal no será un fracaso del PSOE y de Unidas Podemos, de Pedro y Pablo. Será también vuestro fracaso, y lo pagaremos muy caro todas, todos".
 
                DdA, XV/4337                     

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