miércoles, 25 de septiembre de 2019

UNA COSA ES EL IBEX Y OTRA LA MOJAMA DE CAUDILLO

 De visita en su valle
Ana Cuevas

Se abre la tumba de un mausoleo y aparece Franco fumándose un porro...¿cómo se llama la canción? Ya me disculparán la licencia de empezar contando un chiste malo pero es para ir rompiendo el hielo en un tema escabroso de pelotas. Los de mi generación nos hemos criado bajo la alargada sombra de una dictadura que arrastra sus momias, fantasmas y fantoches hasta estos días. Desde el despropósito monstruoso del Valle de los Caídos, el cuerpo embalsamado de Paca "la culona" amagaba con salir de vez en cuando, para succionar las yugulares de aquellos que quisieran pasarse de demócratas
En febrero de 1981 ya tuvimos un conato de resurrección, o de posesión infernal, que acabó en golpe de estado. Como esos vampiros de las películas que dormitan durante décadas para liar una escarda cuando se despiertan, el cadáver de Franco (adornado siempre con flores frescas, custodiado y venerado por sus subvencionadas huestes y un capellán que protege sus huesos con más devoción que si fueran los del mismo Jesucristo) amenazaba con abandonar las tinieblas para envolvernos a todos en ellas.
Acojonar, acojonaba el hombrecillo porque, pese a ser poquica cosa, mataba con la eficacia de un gigante homicida sin que se le meneara un pelo del bigote. Será por eso que su cascarón vacío ha seguido recibiendo honores tras llevar más de cuarenta años fiambre. Pensarían que era mejor no menarlo... por si acaso.
Y justo ahora el Tribunal Supremo ha decidido desenterrar a Franco semanas antes de que las españolitas y españolitos  nos veamos obligados a volver a votar.
Llamadme malpensada pero, ¿no hemos tenido tiempo hasta ahora? ¿No es un poco raro que la familia del sátrapa pueda conservar sus títulos y "honores" y que recientemente se haya renovado el ducado concedido por Franco a José Antonio Primo de Rivera, con la bendición del gobierno en funciones?.
 Sin embargo, algo me dice que la exhumación de Paco va a ser utilizada por el PSOE para demostrar que, oye, aunque a primera vista no lo parezcan, también son un poco rojeras. Para los que tienen dudas y votan a tontas y a locas.
Aunque sin pasarse. Que una cosa es apuntarse un tanto a costa de la mojama del caudillo y otra meterse en barros como la derogación de la reforma laboral o de la ley mordaza. Al final, el IBEX 35 les da más yuyu que el nosferatu gallego. ¡Poderoso caballero, don dinero!.
Al margen de todo, sugiero a quienes se vean en la obligación de abrir su tumba que porten estacas y ristras de ajos. No por el cadáver semi-putrefacto del enano asesino. Es por sus acólitos. Bocachanclas profesionales como los chicos de VOX o el mismo Albert Rivera que reivindican el derecho de que los muertos estén enterrados en el lugar que decida la familia.
¿Una broma macabra o es que también fuman algo raro?. Porque decenas de miles de familias aún no pueden desenterrar a sus muertos del lugar donde los arrojaron los verdugosa cumpliendo órdenes del propio Franco. Y aquí no cabe ideología ninguna. Es cuestión de justicia, reparación y un mínimo de humanidad y vergüenza.
Es curioso que a los que tanto les molestan los lazos amarillos no se indignen con lo que simboliza un monumento funerario de doscientas mil toneladas de piedra regada con la sangre de los perdedores, donde se enterraron a la fuerza a personas de uno y otro bando y que sirve para exaltar la gloria de uno de los dictadores más sangrientos de la historia moderna. ¿Derechos? Este sí que es un chiste malo.
Franco ha muerto y solo nos ha costado cuarenta y cuatro años sacarlo de la tumba. Ahora solo nos queda sacar su espíritu de las instituciones.
Mientras llega el exorcismo, les recomiendo que se pongan a salvo de los "franco-tiradores". 
Mil perdones.
                 DdA, XV/4287               

No hay comentarios:

Publicar un comentario