De visita en su valle
Ana Cuevas
Se abre la tumba de un mausoleo y aparece Franco fumándose un
porro...¿cómo se llama la canción? Ya me disculparán la licencia de
empezar contando un chiste malo pero es para ir rompiendo el hielo en un
tema escabroso de pelotas. Los de mi generación nos hemos criado bajo
la alargada sombra de una dictadura que arrastra sus momias, fantasmas y
fantoches hasta estos días. Desde el despropósito monstruoso del Valle
de los Caídos, el cuerpo embalsamado de Paca "la culona" amagaba con
salir de vez en cuando, para succionar las yugulares de aquellos que
quisieran pasarse de demócratas
En febrero de 1981 ya
tuvimos un conato de resurrección, o de posesión infernal, que acabó en
golpe de estado. Como esos vampiros de las películas que dormitan
durante décadas para liar una escarda cuando se despiertan, el cadáver
de Franco (adornado siempre con flores frescas, custodiado y venerado
por sus subvencionadas huestes y un capellán que protege sus huesos con
más devoción que si fueran los del mismo Jesucristo) amenazaba con
abandonar las tinieblas para envolvernos a todos en ellas.
Acojonar,
acojonaba el hombrecillo porque, pese a ser poquica cosa, mataba con la
eficacia de un gigante homicida sin que se le meneara un pelo del
bigote. Será por eso que su cascarón vacío ha seguido recibiendo honores
tras llevar más de cuarenta años fiambre. Pensarían que era mejor no
menarlo... por si acaso.
Y justo ahora el Tribunal Supremo ha
decidido desenterrar a Franco semanas antes de que las españolitas y
españolitos nos veamos obligados a volver a votar.
Llamadme
malpensada pero, ¿no hemos tenido tiempo hasta ahora? ¿No es un poco
raro que la familia del sátrapa pueda conservar sus títulos y "honores" y
que recientemente se haya renovado el ducado concedido por Franco a
José Antonio Primo de Rivera, con la bendición del gobierno en
funciones?.
Sin embargo, algo me dice que la exhumación de
Paco va a ser utilizada por el PSOE para demostrar que, oye, aunque a
primera vista no lo parezcan, también son un poco rojeras. Para los que
tienen dudas y votan a tontas y a locas.
Aunque sin pasarse.
Que una cosa es apuntarse un tanto a costa de la mojama del caudillo y
otra meterse en barros como la derogación de la reforma laboral o de la
ley mordaza. Al final, el IBEX 35 les da más yuyu que el nosferatu
gallego. ¡Poderoso caballero, don dinero!.
Al margen de todo,
sugiero a quienes se vean en la obligación de abrir su tumba que porten
estacas y ristras de ajos. No por el cadáver semi-putrefacto del enano
asesino. Es por sus acólitos. Bocachanclas profesionales como los chicos
de VOX o el mismo Albert Rivera que reivindican el derecho de que los
muertos estén enterrados en el lugar que decida la familia.
¿Una
broma macabra o es que también fuman algo raro?. Porque decenas de
miles de familias aún no pueden desenterrar a sus muertos del lugar
donde los arrojaron los verdugosa cumpliendo órdenes del propio Franco. Y
aquí no cabe ideología ninguna. Es cuestión de justicia, reparación y
un mínimo de humanidad y vergüenza.
Es curioso que a los que
tanto les molestan los lazos amarillos no se indignen con lo que
simboliza un monumento funerario de doscientas mil toneladas de piedra
regada con la sangre de los perdedores, donde se enterraron a la fuerza a
personas de uno y otro bando y que sirve para exaltar la gloria de uno
de los dictadores más sangrientos de la historia moderna. ¿Derechos?
Este sí que es un chiste malo.
Franco ha muerto y solo nos ha
costado cuarenta y cuatro años sacarlo de la tumba. Ahora solo nos queda
sacar su espíritu de las instituciones.
Mientras llega el exorcismo, les recomiendo que se pongan a salvo de los "franco-tiradores".
Mil perdones.
DdA, XV/4287
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