
Por su indudable interés republico la entrevista que publica en su edición de hoy el prestigioso diario argentino Página/12 con el profesor Juan Carlos Monedero, de visita en aquel país y, por lo tanto, testigo presencial de la victoria del Frente de Todos en las pasadas elecciones. El entrevistador considera a Monedero -porque lo es- uno de los españoles más sensibles a la realidad de América Latina y de
la Argentina. Monedero visitó durante su estancia en en este país a organizaciones sociales y mantuvo
entrevistas con dirigentes y candidatos.
--La victoria del Frente de Todos –dijo a Página/12
en un bar de San Telmo-- deja enseñanzas. Revela que aumentan las
posibilidades de triunfo cuando las fuerzas populares se centran en lo
social (empleo, precio de la luz y el gas, deterioro de la educación,
sanidad, jubilación), cuando se logra la unidad de todo el campo
progresista, cuando se crea comunidad escuchando más a la gente que al
marketing y cuando no se miente. Cuando escuchas más al marketing y
estás más atento a la construcción de tu relato, te ocurre como a los
maridos infieles. Tienes que coordinar tantas mentiras que al final te
cansas y fallas. Porque no eres capaz de coordinarlas. El marketing te
hace incurrir en contradicciones que debilitan la ideología y generan
mucha desconfianza entre la gente. En cambio si te centras en lo social
tienes una línea ideológica clara. Tienes un corpus.
--¿Lo concreto te pauta la agenda?
--Vivimos en sociedades capitalistas, que son sociedades de clases,
donde al mismo tiempo no puedes estar a favor del Fondo Monetario
Internacional y de los cartoneros. La realidad te obliga a decir con
quién estás. En el momento en que tú aclaras con quién estás, fijas los
criterios del frente popular. Lo más clarificador es pensar las
decisiones concretas que debes tomar sobre políticas públicas. Ahí no
hay mucha discusión.
--Siempre que haya realismo, ¿no?
--Mira, es una mezcla de inteligencia y humildad. Puedes comprar los
servicios de una consultora carísima y comprar encuestas y espacios
publicitarios, o puedes escuchar a la gente. Montarte en un autito y
hacerte 160 mil kilómetros. Hay dos grandes estilos. Están las campañas
de gente que no tiene ninguna base popular, como Mauricio Macri, Jair
Bolsonaro y Donald Trump. Se fundamentan en el dinero. Y están los Lula,
los Mandela, los Evo, que visitan pueblo a pueblo y se dejan tocar por
la gente. Aquí hay un elemento muy importante. En España es muy
dependiente de los expertos de comunicación y marketing. Todos conocemos
al spin doctor de Macri, al asesor en relaciones públicas de Macri,
pero nadie sabe quién es el responsable de ideología del macrismo.
Parece que las ideas cotizan menos que las habilidades en comunicación.
Al final tenía razón Rosa Luxemburgo. Primero el partido sustituye a la
sociedad. El comité central reemplaza al partido. El secretario general,
al comité central. Y ahora el spin doctor sustituye al secretario
general.
--En la Argentina hasta antes de las PASO parecía que el dueño del
big data, de las informaciones sobre vida y obra de cada votante,
ganaría solo por eso.
--El big data funciona si puedes mandar mensajes segmentados a la
población. Existe y es caro. Pero no es tan fácil como dicen llegar a
cada persona y mandarle un mensaje particularizado. En España de hecho
Facebook y Whatsapp les pusieron obstáculos a los partidos políticos por
hacerlo. Y eso que Facebook siempre va a tratar peor a los partidos
progresistas que a los de derechas. Pero no siempre ganan. En la
Argentina fueron derrotados los caminantes blancos. Como en Game of
Thrones, parecían invencibles.
--¿Por qué no fueron invencibles?
--Estamos en un cambio de ciclo, más favorable a la derecha que a la
izquierda. Las nuevas generaciones no tienen memoria de los derechos
laborales. Su socialización ha sido en un mundo muy inclemente, muy
competitivo, muy salvaje. Los efectos de la crisis de 2008 han sido
demoledores con los viejos derechos laborales. Y cosas que eran lugares
comunes para generaciones anteriores, como los convenios y la existencia
de sindicatos, las jornadas laborales fijas, los salarios dignos, de
repente desaparecieron. Pero hay un matiz, que es más importante en
América Latina que en Europa: los gobiernos de cambio dejaron más huella
de la que a veces hemos reconocido. Es verdad que ganó Macri, que ganó
Sebastián Piñera, que ganó Bolsonaro, que ganó Lenin Moreno, pero la
experiencia de derechos de los gobiernos de cambio está ahí. Es también
lo que explica que pese a todos sus errores siga habiendo un sector
popular amplio que apoya a Nicolás Maduro. En España, el desierto de 40
años de dictadura y los 40 de convalecencia explican que tenía que venir
una nueva generación, la de los indignados, a plantear las cosas de
manera diferente. Eso también explica por qué el neoliberalismo se lleva
tan mal con la memoria.
--¿Por qué?
--Porque la memoria nos hace saber quiénes anticiparon nuestra rabia,
pelearon derechos y nos marcaron el camino de la dignidad. Por eso el
neoliberalismo se lleva mal con los sindicatos. Los sindicatos expresan
la memoria de las luchas y te enseñan a reclamar derechos. Es curioso
que también hay una memoria vinculada a la nación. Cuando veo lo que ha
ocurrido hoy con la manipulación del cambio, se refuerza mi idea de que
Macri no tiene patria. Y que hay un empresariado global muy vinculado al
mundo financiero y a los mercados especulativos que no tiene patria.
Gente como Macri junta por un lado un enorme desprecio de clase y por
otro una enorme impunidad, que les lleva a vivir desterritorializados,
como si a ellos no les afectara nada. Como si estuvieran afuera de ese
mundo que ellos construyen, manipulan y definen. Por eso existe el
riesgo, alto, de que en estos dos meses Macri prefiera prenderle fuego a
la Argentina antes que aceptar que no tiene salida. El macrismo es una
bestia herida dispuesta a morir matando. Por eso es urgente hoy en la
Argentina que el actual presidente moral de la Argentina, que es Alberto
Fernández, hable como ya lo está haciendo con los empresarios patriotas
y con los responsables internacionales que están gestionando intereses
económicos en la Argentina. Macri es un nuevo Nerón. Alberto debe evitar
que nuevo Nerón prenda fuego al país mientras desde su mansión mira
cómo arde la Argentina.
--¿Qué puede ocurrir con el FMI, que llegó a prestar dinero que llegaba y se fugaba?
--No descarto que el Fondo Monetario Internacional tenga que
rendir cuentas por el uso ilegítimo y casi seguro ilegal que ha hecho
del préstamo con fines electorales. De la misma manera que los sectores
financieros que están especulando con el peso deberán rendir cuentas en
los órganos que correspondan. La devaluación del peso el lunes 12, al
día siguiente de las PASO, es una obra de terrorismo financiero
entendible para fondos buitre pero no para el presidente de un país.
--Estuviste con dirigentes y candidatos del Frente de Todos. ¿Qué encontraste como novedad?
--En la Argentina hay un encuentro entre la sensibilidad frente a las
enormes desigualdades de quienes las sufren y la sensibilidad de
quienes no sufren tanto en carne propia pero se preocupan por los
intereses colectivos. Hay un encuentro entre la gente sensible ante el
calentamiento global y la sensibilidad feminista. Estos elementos juntos
están reaventando la política en la Argentina. Me llamó mucho la
atención ver este frente amplio construido en la candidatura del Frente
de Todos. El peronismo es la nave nodriza pero hay más partidos, fuerzas
y movimientos sociales y sindicales. Todos se dieron cuenta de que no
puedes gestionar al realidad con las herramientas del pasado.
--¿Y en España?
--La mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados son 176
escaños. La derecha tiene 147. El PSOE, 123. Podemos, 42. Para construir
un gobierno estable hay que sumar los 165 de Podemos y del PSOE. Además
habría que conseguir los otros once y un acuerdo con el nacionalismo
vasco y el nacionalismo catalán que permita una solución del conflicto
territorial en España. Pero el PSOE quiere gobernar en solitario. Tiene
un tercio del Parlamento y quiere tener el 100 por 100 del gobierno.
Pretendió hacer un acuerdo de gobierno en 48 horas, que es una
frivolidad, y le presentó a Podemos una oferta hueca. Una
vicepresidencia sin competencias, un ministerio que antes había partido
en dos y una dirección a la que había convertido en ministerio pero
cuyas competencias estaban transferidas a las comunidades autónomas.
Quedan 40 días. Veremos que pasa.
DdA, XV/4251
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