Félix Población
En la localidad
asturiana de San Martín de Teverga se iniciaron estos días los trabajos de
prospección para localizar los restos de Francisco Fernández García, al que se
le conocía como Pachín el de Bárzana. A tal fin trabajan en el lugar llamado
"la huerta de Chalo", donde se cree fue fusilado el 21 de noviembre
de 1937, una decena de voluntarios de la Asociación para la recuperación de la
Memoria Histórica de Asturias y Ponferrada.
Se piensa que la
fosa se encuentra en la parte trasera de la que fue en su día la casa de los
panaderos del pueblo, los únicos que escucharon las últimas voces de Pachín
antes de que fuera asesinado, después de haber defendido República del
avance de las tropas golpistas en el puerto de Ventana con el grado de capitán.
Dos nietos y una sobrina de Francisco Fernández García han estado presentes en
esos primeros trabajos de prospección que continuarán en los próximos días y
que quizá puedan concluir con la recuperación de los restos mortales de su
abuelo y tío.
El escritor y
periodista Celso Peyroux, cronista
oficial de Teverga y autor, entre otra literatura e investigaciones, de Matar
para seguir viviendo. La guerra civil en Teverga y Quirós, Proaza, Somiedo,
Tameza y Babia, dedicó un capítulo a lo que fue el frente de Ventana,
constituido por el comité de guerra republicano para defender los concejos de
Teverga y Quirós del avance de las tropas sublevadas que habían ocupado
las cumbres de las Ubiñas, Socechares y Ferrerúa.
Explica Peyroux en
ese texto que una de las mayores preocupaciones por parte de los dirigentes de ese
comité era la defensa de la cordillera Cantábrica, además del llamado pasillo
de Grado, conscientes de que tarde o temprano -al margen de las columnas
gallegas entrando por occidente-, los ataques se producirían por el sur a
través de puertos y collados. Peyroux cita en su artículo al capitán Francisco
Fernández García, Pachín el de la Bárzana, que estaba al mando de la tercera y
cuarta compañías del sector tevergano, junto al también capitán Ángel Suárez
Suárez (Angelín el de Prao), los dos a las órdenes a su vez del capitán
jefe Rafael Barredo (Falín el de Grao). Meses más tarde se incorporaría Amadeo
Tuñón, del pueblo de Fresnedo, como comisario socialista con el rango de
capitán.
Según el
mencionado investigador, los efectivos de las milicias populares en el sector de
Teverga en marzo de 1937 sumaban un total de 261 soldados, dos capitanes, seis
tenientes, dos brigadas, siete sargentos y veinticuatro cabos. Tuvieron su
cuartele en el palacio de Entrago, en cuya explanada llevaban a cabo la
instrucción y las maniobras. El comandante del batallón era el dirigente
socialista David Antuña y la comandancia general estaba a cargo del comisario
político Ángel Rivero, perteneciente a las Milicias Antifascistas Obreras y
Campesinas (MAOC).
“De las cuatro
compañías, salvo para la operación de la batalla de Ventana, en la que estuvo
una buena parte del grueso del batallón, sólo operaban dos: una en cada sector.
Esto es, mientras dos de ellas se encontraban en el frente, las otras dos se
replegaban a sus acuartelamientos, relevándose unas y otras cada semana. En
cuanto al armamento -según Peyroux-, a muchos soldados de las milicias
populares que se habían presentado sin ningún tipo de arma de fuego, con sus
escopetas de caza y otros con armas diferentes escondidas de cuando la
Revolución de Octubre, se les suministraron mosquetones «mauser» que habían
llegado a Gijón desde México”.
Leemos en el
periódico La Voz de Trubia que los trabajos de prospección para la
búsqueda de los restos de Pachín el de la Bárzana están siendo coordinados por
la arqueóloga Arantza Margolles y ya han sido localizados algunos casquillos de
bala de 35 milímetros que datan de 1935, así como unas monedas de la época, en la finca
próxima a la panadería. Acerca de la localización de la fosa se tuvo conocimiento
por la investigación realizada por el historiador Alejandro Fernández Martínez
y los testimonios orales recogidos en los últimos años por los familiares de
Pachín, que permitieron su catalogación en el Mapa de Fosas Comunes.
Pachín el de
Bárzana tenía 33 años cuando se entregó a las fuerzas falangistas de Teverga después
de que estas irrumpieran repetidamente en su casa de Bárzana (una pequeña
localidad de Teverga), en la que vivían su mujer y sus tres hijos mientras él
permanecía escondido tras la toma de la zona por las tropas sublevadas. Su
arresto no pasó de dos días, primero en Bárzana y después en un centro de
detención en San Martín, hasta la noche del 21 de noviembre de 1937. Aquella
madrugada una familia que regentaba la panadería del pueblo escuchó los
disparos que acabaron con la vida del capitán republicano.
Gracias a la
memoria oral popular se sabe que la voz de Pachín fue reconocida por esa familia,
mientras preparaba el pan para el día siguiente en su establecimiento, cuando
el capitán republicano solicitaba a sus ejecutores que le permitieran
despedirse de su mujer e hijos. No tenemos noticia de que ninguno de ellos, por
los decenios de indiferencia y olvido que han pesado sobre las víctimas del
franquismo a lo largo nuestra vigente democracia, pueda experimentar estos días
la vivencia sin duda anhelada de asistir a la digna inhumación de los restos de
su marido y padre. Puede que el último pensamiento de Pachín el de Bárzana fuera para los suyos, al tiempo que respiraba
el olor del pan reciente que ya no
llevaría nunca más a su casa:
Todos
los seres
tendrán derecho
a la tierra y a la vida,
y así será el pan de mañana,
el pan de cada boca,
sagrado,
consagrado,
porque será el producto
de la más larga y dura
lucha humana.
(Oda
al pan. Pablo Neruda)
DdA, XV/4236
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