Cada vez que la izquierda ha estado cerca de alcanzar el poder, de
acceder al gobierno o de aumentar su cuota de representación, de ser
decisiva, siempre, siempre, ha aparecido una figura inquisidora desde ese mismo espacio político que ha servido para amabilizar y blanquear al PSOE y evitar que la izquierda se acerque al fuego del poder.
En la década de los 80, poco antes de que Felipe González ganara por mayoría absolutísima en 1982, el autodenominado ‘sector universitario’ del Partido Comunista de España se pasó en tromba al PSOE
y hoy ya son históricos militantes socialistas que dicen que militaron
en el PCE porque era el partido más útil para luchar contra el
franquismo pero, en cuanto tuvieron oportunidad, se fueron a las filas
socialistas renegando del marxismo y de todo el historial glorioso del
partido que más mártires puso para la llegada de la democracia a nuestro
país.
En los 90 fue Nueva Izquierda, un grupo de militantes de IU contrarios a Julio Anguita,
que por aquel entonces era el diablo para un PSOE acosado por la
corrupción y los sindicatos, que se inventó, con la ayuda de su siempre
fiel Grupo Prisa, el relato de la pinza
del que todavía, incluso después de hacer presidente a Rajoy en 2016
con los votos socialistas, intentan pescar en río revuelto.
La pinza fue el relato con el que el PSOE de la década de los 90 intenó salir airoso de las huelgas generales
masivas por su privatización de empresas estratégicas para la economía
del país, de comenzar a precarizar el mercado laboral que hoy es un
reguero de trabajadores pobres y sin derechos, abrir la puerta a las empresas de trabajo temporal
y el empleo basura y el comienzo de la venta de España a eso que llaman
“inversores extranjeros” que, en realidad, no es otra cosa que poner las leyes y las instituciones al servicio del negocio de las grandes multinacionales
y en contra de la gente sencilla y de los pequeños y medianos
empresarios. Aquellos miembros de la Nueva Izquierda, que decían que se
pasaban al PSOE para llevar los valores la izquierda democrática que no
podían defender en IU, hoy forman parte del ala derechista del partido del puño y la rosa.
En la década del 2000 fue Gaspar Llamazares, que en un principio parecía tener intenciones aperturistas pero que, en cuanto llegó el 15M, demostró ser el enésimo ‘listo útil’
para los intereses de un PSOE que exalta a los mirlos blancos que
existen a su izquierda pero que, cuando éstos compiten electoralmente
con los socialistas, los convierten en juguetes rotos.
La Izquierda Abierta de Llamazares nació como
partido integrado en IU, según decía el asturiano, para trabajar por una
izquierda confluyente, abierta y moderna para construir un gran frente progresista que permitiera ganar las elecciones al PP pero también al neoliberalismo progre
del PSOE. Con el nacimiento de Podemos en 2014, todo cambió y, de
confluyente, abierto, moderno y dialogante, el nuevo partido político de
Llamazares se convirtió en esencialista, cerrado, antiguo y soberbio
con las fuerzas políticas nacidas bajo el paraguas del 15M, para
regocijo de un PSOE que le regalaba espacios mediáticos a un Llamazares
que era idolatrado en las sedes socialistas pero que, cuando se presentó a las elecciones con su propia marca electoral, Actúa, cosechó la ridícula cifra de 30.000 votos.
Entremedias, en 2009, José Antonio Griñán fichó a Rosa Aguilar, que llevaba años coqueteando con los socialistas y ejerciendo de militante del PSOE dentro de IU.
Más tarde, en 2010, la que fuera alcaldesa de Córdoba fue nombrada
ministra por Zapatero como reclamo izquierdista para tratar de blanquear
una política económica inmisericorde con la gente sencilla que
obedecieron al pie de la letra el dogma de la austeridad europea.
Ahora, el nuevo juguete roto del PSOE se llama Iñigo Errejón,
que en las últimas dos semanas ha sido entrevistado por la revista de
moda del Grupo Prisa y por su diario de cabecera, El País. Quienes
trabajamos en esto del periodismo sabemos lo difícil que resulta ser
entrevistado dos veces, no al mes sino al año, en un mismo grupo
mediático, en el más relevante de España. Y, sobre todo, sabemos también
que es impensable que esas entrevistas se conviertan en masajes donde
se pregunte a gusto del entrevistado.
Operación Chamartín
En la entrevista en El País, publicada este lunes 5 de agosto, a
Iñigo Errejón le han hecho un cuestionario que podríamos definir de
felación periodística. Sólo una semana después de haberse aprobado por
unanimidad -con los votos de PP, Ciudadanos, Vox, PSOE y el partido de
Errejón- la operación urbanística que amenaza con convertirse en el mayor pelotazo de Europa, donde se le va a regalar al BBVA dos millones de metros cuadrados de suelo público de los madrileños, que en euros se traduce en 2.100 millones de euros , el periódico más influyente de España no tiene nada que preguntarle sobre ello al remozado político que ahora se vende como Bambi
y que es el líder del partido que ha preparado este expediente
contestado por la Federación de Asociaciones de Vecinos de la Comunidad
de Madrid, por Ecologistas en Acción, por urbanistas de
prestigio y que amenaza con convertirse en la nueva novela judicial de
favores, corrupción y ladrillazos que significó Bankia para la Comunidad de Madrid.
El ideólogo de que Podemos fuese un artefacto construido sobre la concepción totalizante del poder, que obligó a Izquierda Anticapitalista a disolverse como partido para pasar a ser una asociación, que defendió las listas plancha
donde sólo cabían quienes estuvieran al lado del oficialismo, que puso a
hombres de su confianza como liberados del aparato de la formación
morada mientras Pablo Iglesias estaba de eurodiputado en Bruselas, que vació los círculos porque el objetivo era construir una “maquinaria de guerra electoral”,
en detrimento de una organización política con implantación territorial
y quien, una vez nombrado candidato de Podemos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, rompió porque no quería hacer primarias para integrar a la pluralidad de la formación morada, ahora es un ferviente defensor del pluralismo político, de la amabilidad dentro de las organizaciones y acusa a todo el que lo critica de ser de la “izquierda sectaria”.
Todos los inquisidores de la izquierda siempre se
han autodefinido a sí mismos como defensores de una izquierda plural, no
sectaria, abierta, moderna y amable, han coqueteado con la progresía
cultural que en lo económico no tiene más ideología que los paraísos fiscales y han intentando convencer a las víctimas del neoliberalismo progre del PSOE que no hay más alternativa que el continuismo del dogma neoliberal que tiene a 12 millones de criaturas en el umbral de la exclusión social en España, en el cuarto país más rico de la Eurozona.
Mientras Iñigo Errejón sólo le ve los defectos a Podemos
que, a pesar de todos sus errores, defiende la derogación de la reforma
laboral, la subida de las pensiones y de los salarios y una política
fiscal que haga viable no la utopía comunista, sino medidas básicas de
primero de democracia que defiendan las cosas de comer que en los años
60-70 eran defendidas incluso por la derecha democrática europea, nada
tiene que decir sobre un PSOE que ha renunciado a la socialdemocracia y a
los artículos sociales de la Constitución Española de 1978 o sobre la Operación Chamartín por la que el BBVA va a ganar liquidez a costa del dinero público de los madrileños.
Seguramente Iñigo Errejón encuentre eco a su plan y hasta puede que
tenga algún éxito relativo, pero que no olvide, como seguro no lo olvida
Llamazares, que cuando al PSOE le estorbe, si no da antes el salto a las filas socialistas, será eliminado
de todos los medios que ahora lo llaman en calidad de inquisidor del
espacio del cambio que, con aciertos y errores, se enfrenta al continuismo del dogma neoliberal.
La voz del sur/ DdA, XV/4240
14 comentarios:
AMEN
Muy bien escrito. Diciendo verdades con mucho respeto.
Comparto lo expresado en este artículo, pero con una izquierda tan íntegra, jamás llegaremos a gobernar , y si no gobernamos, nos gobiernan a su antojo.
Como siempre certero, Raul. Ante la falta de memoria de mucha gente, viene muy bien hacer un repaso de los que se han vendido traicionando unos principios e ideas que dicen defendet.
Como puede creer alguien que una persona manipuladora, que va engañando a un grupo de ilusos, en el mejor de los casos, o trepas frustrados que eran de Podemos, van a regenerar NADA? A la cuneta con él y su séquito. Y nosotros a pelear digname Nmnte, sin mentir y con respeto a trabajar para que haya DEMOCRACIA REAL en España.
Estoy de acuerdo en todo
Me encanta ver opiniones publicadas que comparto plenamente, y que tan necesitado estoy de escuchar verdades, harto ya de tantas mentiras de la prensa habitual.
La historia se repite una y otra vez, siempre atrapados por el neoliberalismo y en su beneficio, lástima. Pero, ¿son esos izquierdistas que cuándo tocan poder se transforman? o ¿quizás el ciudadano de izquierdas que se deja convencer? Creo que a pesar de propagandas interesadas y manipulaciones la sociedad no es inocente, hoy tiene información suficiente para saber distinguir y es su voto el que decide
Es casi terrorifico ver como nos borran en espacios de tiempo cortisimos, la memoria. Y de esta guisa nos encajan las decisiones siempre contrarias al bien común.
Amén.
Pues muy bien el articulo, que para entenderlo y saber hay que tener 60 años+- y conocer la transición politica española, totalmente de acuerdo en todo.
Gracias por éstas opiniones
Aunque hay algunaa pequeñas lagunas. Ok.
Se puede decir más alto pero no más claro.
Pero el ideal de Errejón siempre fue se no se porque no se aparto antes de Podemos el problema era hacerle daño al partido y a Iglesias
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