La encuesta del CIS acaba de explicar el aparentemente inexplicable
empecinamiento de Pedro Sánchez en no llegar a acuerdos con Unidas
Podemos pese a su debilidad parlamentaria. A la luz de la amplia ventaja
que da la encuesta a los socialistas, todo el proceso de negociación y
debate de la investidura tiene el aspecto de no haber sido sino el
primer acto de la campaña electoral de noviembre del candidato Sánchez. El
PSOE no quiere llegar a acuerdos de coalición y dudo mucho que llegue a
acuerdos de programa para gobernar en solitario. La estrategia de
Sánchez es acumular exigencias y negativas de manera creciente de modo
que vaya erosionando a Unidas Podemos, pues si esta acepta sus
condiciones va a irritar a sus bases y si no las acepta será presentada
como culpable de que no haya gobierno. A la luz de esta encuesta, la
actitud más inteligente de UP sería votar a favor del gobierno en
minoría del PSOE y dejarlo gobernar solo con sus 124 diputados en el
parlamento, a ver cómo se las apaña, ahí la erosión sería de los
socialistas. Aunque dudo que Sánchez vaya siquiera a un segundo intento
de investidura. El guión más posible es que abra una negociación sobre
el programa con UP, juegue de nuevo a las humillaciones y la
intransigencia y acabe por romper la negociación y por decir que como no
hay acuerdo no va a la investidura y convoca elecciones. Todo este
teatro no es más que la crónica de unas elecciones anunciadas.
DdA, XV/4233
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