jueves, 25 de julio de 2019

AUNQUE LO PUEDAN PAGAR LOS DOS, LA CULPA SERÁ DEL PSOE SI HAY NUEVAS ELECCIONES

Félix Población

Ayer Pedro Sánchez dio su ultimatum a Iglesias para que aceptara lo que le ofrece, lejos de lo que Iglesias reclama en proporción con el número de escaños alcanzado en las elecciones de abril. La oferta final del PSOE consiste en una vicepresidencia social y tres ministerios privados o vacíos de las competencias planteadas por Unidas Podemos (UP): Vivienda y Economía Social, Igualdad, y Sanidad y Consumo.

El objetivo del grupo confederal se centraba en una vicepresidencia de derechos sociales y medioambientales, que coordinara a su vez cinco ministerios dentro de su competencia. Al PSOE esto le parece configurar un gobierno dentro del gobierno. A Unidas Podemos le parece ajustado a los objetivos de una política social de izquierdas y concorde con el reparto proporcional de departamentos en razón a los votos obtenidos por una y otra formación política. En el caso de UP, según sus propias fuentes, se trata de unos objetivos negociables y flexibles, algo que desde el Partido Socialista se niega, mientras que la oferta del PSOE no parece que sea negociable.

Todavía, en las horas que faltan hasta la segunda votación para la investidura del actual presidente del gobierno en funciones, se podría llegar a un acuerdo in extremis, pero los observadores dudan de ello. Todo apunta a que esta será la segunda vez, desde 2016, en que la investidura de Sánchez fracasa. En el primer caso, por las connivencias del PSOE con Ciudadanos -el partido que ahora pacta y hace de telonero de la extrema derecha en el Congreso-, y en este segundo porque Pedro Sánchez ha venido articulando un relato infumable de contradicciones e incoherencias difícilmente negociable con quien considera su socio preferente.

Porque se ha dicho y desdicho hasta la saciedad el presidente del gobierno en funciones, montando sobre la marcha excusa tras excusa, un 31 por ciento de los ciudadanos considera que si fracasa la formación de un gobierno de coalición es a Sánchez a quien le corresponde la culpa. Sólo un 17 por ciento achaca la responsabilidad a Iglesias. Son datos de un informe de última hora elaborado por Metroscopia para Henneo / La Información y que se ha publicado 24 horas antes de que en el Congreso se decida una posible gobernabilidad progresista de España. Esto debería pesar en el ánimo del presidente del gobierno en funciones, que quizá nunca más pueda estar tan cerca como ahora de serlo de hecho.


También, si se me apura, debería Unidas Podemos tener en cuenta los datos de esa encuesta, porque si hasta ahora ha ganado el relato gracias a admitir, entre otras cosas,  lo que posiblemente no hubiera aceptado nunca cualquier otra formación política  (la autoexclusión de Iglesias para ingresar en ese gobierno de coalición, autoexclusión impuesta por Sánchez), llegar finalmente a un acuerdo sería ratificar esa victoria y dejar constancia de que el gobierno de coalición resultante ha sido posible gracias sobre todo a UP.

Recurro, a la hora de terminar este artículo, a uno de los párrafos del que firma Elisa Beni en eldiario.es: "Es ahora o nunca y por eso va a ser ahora porque nunca es una frase que el poder no puede conjugar. Es ahora y con la duración y las consecuencias que tenga. El futuro se conjuga, como hemos dicho, más allá. Hacer política es explorar los espacios, comprobar las lealtades, intentar la estabilidad y la efectividad. Si no funciona, si vamos a una legislatura corta, será ya cuestión del elector valorar por qué pasó y qué forma hay de soslayar ese escollo pero en este instante, tal y como quedaron las cosas tras el debate de investidura, la pelota está definitivamente en manos de Sánchez y los socialistas que tras 140 años deberían saber ya que no puedes llevarte la pelota si no te gusta cómo anda el juego. Así que hemos de pensar que tras la escenificación de la imposibilidad de lograr otras fórmulas, más del gusto de la parte de extremo centro del PSOE, de los Page o de las Díaz, nadie pretenda que es más patriótico entregar el poder a la derecha que tirar hacia adelante con los socios naturales y descubrir que se hace camino al andar".

Se le debe recordar al PSOE, en las actuales circunstancias, que en 1998 sus compañeros del SPD alemán, con 287 escaños, formaron un gobierno de coalición con Los Verdes, que no llegaron al 7 por ciento (47 escaños), y que fueron tres los ministerios que negociaron con estos, entre ellos el de Asuntos Exteriores y el cargo de vicecanciller.

PS. Ayer, en lugar de plantear Tele5 una entrevista "sorpresa" a Sánchez favoreciendo la postura de su partido antes de la segunda votación de investidura -entrevista posteriormente pospuesta para hoy-, ese canal debería habler planteado un debate entre Sánchez e Iglesias, mucho más provechoso para el respetable y para el periodismo respetable que ofrecerle cámaras únicamente a una de las partes.

PS. Unidas Podemos ha trasladado al PSOE, a la desesperada, una última contraoferta para intentar alcanzar un acuerdo in extremis con Pedro Sánchez. Último documento que atribuye a los morados una vicepresidencia social y con Igualdad y tres carteras más: Sanidad, Ciencia y, y aquí está la clave, Trabajo, el área que el presidente nunca quiso ceder. Los socialistas contestaron rápidamente: rechazan esa contrapropuesta porque es "más de lo mismo" respecto a lo que morados han venido demandando. La conclusión parece clara, tal como se ha dicho estos días: manda la CEOE en el PSOE. 




                   DdA, XV/4239                

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