lunes, 24 de junio de 2019

UNA LECTURA ACTUAL DE "EL VENDEDOR DE TABACO"


 Uno de los dirigentes de Vox ha dicho hace poco: 
"Me cuesta creer que el cine sea cultura. 
La cultura es ballet, música, zarzuela, ópera...
El cine ha sido el gran mimado de los progres, y eso se va a acabar".

Félix Población

"A finales del verano de 1937, el joven Franz Huchel abandona el «agujero lluvioso» de su Attersee natal para buscarse la vida en Viena, donde encuentra trabajo en un puesto de venta de diarios y tabaco en el que confluyen las clases populares y la burguesía judía, un lugar idóneo para satisfacer su deseo de comprender una realidad subyugante".

Aunque no se subraya especialmente en el film, Franz logra cierta conciencia política gracias a la lectura de la prensa que le recomienda su amistoso patrón y hospedero, mutilado en la primera Guerra Mundial. Al amor llega el joven gracias a Anezka, una chica emigrante sin papeles, de Bohemia, que exhibe la desnudez de  su cuerpo para ganarse la vida en un café cantante. Ante sus evasivas, Franz  recurre al «médico de los locos», Sigmund Freud, cliente regular del estanco y consumado fumador de habanos. La relación entre ambos conformará una curiosa amistad hecha al aroma del tabaco y los sueños, y rota por los tiempos oscuros que se presentan con el temido Anschluss, la anexión de Austria en 1938 como una provincia del Tercer Reich. La marcha del doctor Freud a Londres acabará con esa singular relación.

Esta es, en resumen, la historia que se cuenta en el film El vendedor de tabaco, respetando al máxima la novela homónima de Robert Seethaler, publicada el año pasado en España (Ed. Salamandra). El director de la película es Nikolaus Leytner y cuenta como actores con Simon Marzé, Bruno Ganz (Sigmundo Freud, su último papel antes de fallecer recientemente), Johannes Krisch, Emma Drogunova, etc. 

Como no suelo ir mucho al cine, no estoy muy enterado de la última filmografía que haya incorporado escenarios y circunstancias relativas a la historia del nazismo. Puede que la última película que me impactó sobre esta temática fuera El hundimiento, con Bruno Ganz también en una sobresaliente e inolvidable interpretación del Adolf Hitler terminal durante las últimas semanas de su nefasto régimen. 

Me interesaba especialmente El vendedor de tabaco por algo que me parece lo más significativo de la historia: la transformación de una convivencia cotidiana de barrio en la ciudad de Viena en un clima de delación, persecuciones, detenciones y muerte bajo la ocupación nazi. No hay que olvidar, además, que en Austria había habido años antes una guerra civil. No se trata de un gran film, pero creo que sabe reflejar con sobrio y efectivo tratamiento esa deriva como consecuencia del totalitarismo nacionalista y la xenofobia.

Teniendo en cuenta los años transcurridos desde que vi El hundimiento, reparo después de haber visto la película de Leytner en que la diferencia con respecto a mi circunstancia como espectador entonces y ahora radica en que ahora estoy -estamos en España- con un nuevo partido en las instituciones democráticas similar al que configuró aquella negra historia de Europa. Un partido de ultraderecha que se está sirviendo de la derecha española -como ocurrió en aquella Alemania- para ir ganado poder político. Me parece un dato a tener en cuenta para justificar un grado de desazón mucho mayor del que sentí ante El hundimiento u otras buenas pelis de similar asunto. Que en España nos falte filmografía similar sobre los peores años de la dictadura franquista favorece sin duda el olvido de lo que representó.

Le puse colofón a ese sentimiento de desasosiego pensando en lo que nos llega de un Pedro Sánchez Pérez-Castejón que, como la socialdemocracia alemana de entonces, aún se lo piensa a la hora de formar el único gobierno posible porque no quiere a Pablo Iglesias en el ejecutivo, no vaya a ser que le chupe cámara y focos. Si no fuera otra cosa mucho peor, yo a eso lo llamaría estupidez, vistos los precedentes históricos y la derecha radical en acción y unión que se nos viene encima. El vendedor de tabaco de Viena también lo veía venir.

PS. La falta de respeto y reconocimiento de Pedro Sánchez a los votantes de Unidas Podemos (UP) que han hecho posible su llegada a La Moncloa sería tan ostensible, relegando a los representantes de UP en el futuro gobierno, que me parece estruendosamente significativo el silencio al respecto de la mayoría de los analistas políticos.

                    DdA, XV/4208                        

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