miércoles, 22 de mayo de 2019

VALLE-INCLÁN EN EL CONGRESO, LOS PATAMENTARIOS Y LOS QUE LOS PROVOCAN


Félix Población

Ayer ejerció como presidente eventual del Congreso, según es costumbre en la constitución de una nueva legislatura de las Cortes, el diputado más longevo del hemiciclo, Agustín Javier Zamarrón. Como tal, hubo de llamar al orden a sus colegas y a una de las secretarias por haber leído tan de carrerilla los nombres de sus señorías que se produjo una aglomeración en el foso, con riesgo de trombo, según expresión profesional de don Agustín, médico jubilado y representante por Burgos del Partido Socialista: Dejen expedito el pasillo del tercio izquierda que tenemos que ir con la sacra urna a ver al señor Echenique, manifestó Zamarrón, cuyo verbo barroco no pasó desapercibido al personal.

Tampoco fuimos indiferentes a la barbada fisonomía valleinclaniana de don Agustín Javier, ignoro si como vaticinio de una decimotercera legislatura que, a juzgar por lo visto ayer, promete ser esperpéntica, a menos que se ate en corto a los patamentarios.

Estuvo bien la nueva presidenta del Congreso, señora Batet -que promete-, al responder al diputado Rivera a su hora y en su momento, cuando el líder de Ciudadanos quiso interrumpir el acto de acatamiento a la Constitución porque los diputados independentistas catalanes utilizaron fórmulas adaptadas a su público y a sus votos. "Todas las fórmulas de acatamiento han sido respetuosas con el artículo 4 del reglamento y con la jurisprudencia del Tribunal Constitucional", le dijo la señora presidenta a don Albert. La sentencia de ese tribunal data de 1990, cuando tres diputados de Herri Batasuna acataron la Constitución "por imperativo legal". 

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Viñeta editorial de El Roto hoy en El País

Siendo esto así, como es, resulta totalmente improcedente que, a imitación de los diputados del partido de extrema derecha con su pateo, algunos más de Ciudadanos y otros del Partido Popular se hayan sumado a tan denigratorio uso de los pies en un Parlamento, a riesgo de ser llamados patamentarias, como creo oportuno hacer. Ahí doña Meritxel fue en exceso prudente, porque estimo necesaria una llamada de atención para que los patamentarios no repitan su acción en el porvenir.

Aclarado esto, no puedo dejar de reprochar también a los diputados independentistas de Cataluña el recurso a la fórmula empleada que tiene como fundamento un esperpéntico episodio de la reciente historia de aquel país: el de la proclamación unilateral de la República Independiente de Cataluña en octubre de 2017, suspendida por el Tribunal Constitucional, y basada en el referéndum celebrado el 1 de octubre de ese mismo año, que el gobierno central pretendió reprimir torpe y esperpénticamente  con un gran despliegue policial.

Unos y otros diputados dan juego para que el señor Zamarrón pueda pasar de ser una apariencia valleinclaniana a  un Valle-Inclán redivivo, a fin de contarnos una legislatura de esperpético retablo. Confiemos en que las palabras de Oriol Junqueras a Pedro Sánchez sean lo que prime a partir de ahora: "Tenemos que hablar". No hay otra porque para eso están donde están. Las patas sobran. "La Cámara tendría que hacer un propósito de enmienda", dijo ayer el doctor Zamarrón.

                  DdA, XV/4176                

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