miércoles, 15 de mayo de 2019

LA BRONCA DE UN REY POR DERECHO DE SANGRE A UN JEFE DE GOBIERNO POR DERECHO DE URNA


 Félix Población

No es el lugar indicado una capilla ardiente (la de Pérez Rubalcaba) para exhibir los modales propios de rey absolutista que Felipe VI mostró sin disimulo ante las cámaras en su regañina al presidente del gobierno, recién votado por los españoles. La bronca, estimulada por los medios de comunicación monárquicos, tenía por motivo lo que esos medios calificaron como usurpación de las funciones de la Corona por parte de Pedro Sánchez, al iniciar la ronda de consultas con los líderes de los más importantes partidos políticos. Si se tiene en cuenta que las malas relaciones con el rey provienen del pacto suscrito por Sánchez con los partidos independentistas para llevar a cabo la moción de censura que acabó con la presidencia de Rajoy, cabe intuir el carácter de las admoniciones. A juzgar por la expresión de los rostros del propio monarca, don Pedro, doña Letizia y hasta la señora Lastra que aparece detrás, estamos ante uno de los encontronazos más visibles y reprochables por su transparencia entre un jefe de Gobierno elegido democráticamente y un jefe de Estado que no ha sido elegido por nadie. Frente al derecho de sangre se impone el derecho de urna. Esto es algo que alguna vez tendrá que plantearse este país, teniendo en cuenta -además- la identidad del restaurador de la monarquía borbónica.  Ahora le toca decir a Sánchez aquello de: Los republicanos nos sentimos muy bien representados en esta monarquía parlamentaria.

                     DdA, XV/4170                 

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