sábado, 18 de mayo de 2019

¿ES QUE LA IZQUIERDA EN OVIEDO NO RECUERDA EL FARTÓDROMO?

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 Durante más de dos decenios, Oviedo fue gobernada por la derecha y queda constancia de ello en la denominación del lugar donde se cocinaron  los chanchullos y regalías de los sucesivos gobiernos del Partido Popular. La heroica ciudad no debe volver a dormir la siesta como en los tiempos de Clarín, a juicio de este discreto Lazarillo, ni el fartódromo debería volver a abrir sus puertas, ya sea en Trascorrales o donde pinte para una nueva ocasión. Para evitarlo debería la triple izquierda (incluyo al PSOE por si tuviera esa dignidad) considerar lo que mi estimado Luis Arias expone en su artículo de hoy. Si a la luz de las encuestas el tripartito no tiene garantizada la victoria por suma el 26 de mayo y la suma de la derecha sí podría tenerla, ¿a qué cojones viene enfrentarse en campaña para facilitar esa posible derrota? ¿Es que no les vale la lección nacional de la derecha y ultradererecha patrias? Limítese cada cual a defender su programa y a tener en cuenta, siempre, que para fartódromos -con o sin siestas- ya tuvo la heroica ciudad bastante.
PS. En las antípodas encontramos hasta siete organizaciones de izquierda se ha unido en Sevilla para las elecciones municipales, unico caso en todo el país. Adelante Sevilla. Ojo a los resultados en la ciudad andaluza.

Luis Arias

En las elecciones del 28A, en Oviedo, los partidos conservadores obtuvieron más votos que las formaciones políticas de izquierdas. Es un dato a tener en cuenta, sin duda; pero tampoco hay que perder de vista que no hay ninguna certeza de que esos resultados vayan a repetirse en el ámbito autonómico y municipal. Sobre todo, en este último, donde mucha gente vota más a la persona que al partido.
No obstante, el clima de enfrentamiento que se vive entre los partidos de izquierdas en Oviedo no va a ayudar electoralmente a ninguna de las candidaturas progresistas. Algo tan obvio como esto no parece que se está teniendo muy en cuenta. Y, además, conviene no perder de vista que, dada la actual fragmentación política, por mucho que se quiera soslayar, lo previsible, por no decir seguro, es que no habrá mayorías absolutas.
Se entiende perfectamente que cada partido tenga sus apuestas, sus postulados y que se ponga en ello todo el énfasis posible, pero no hasta el extremo de insistir más en los desacuerdos que en lo que hay en común, que en Oviedo acaso es la madre de todas las prioridades: a saber, que la derecha no vuelva a gobernar, una derecha que está lejos de desmarcarse claramente del ‘gabinismo’.
Desde mi punto de vista, Wenceslao López, Ana Taboada y Concha Masa deberían mostrar su orgullo por el hecho de que hace cuatro años se consiguió desbancar al ‘gabinismo’ en el Ayuntamiento de Oviedo, logro en el que fue decisiva la generosidad de Ana Taboada, renunciando a postularse como alcaldesa, ya que representaba a la fuerza política más votada entre los partidos de izquierda ovetenses. Es algo que no se debe ni obviar ni olvidar.
Ciertamente, es muy difícil logar el equilibrio entre remarcar las diferencias programáticas, que las hay y las tiene que haber, y, al mismo tiempo, dejar muy claro que lo más importante de todo es persuadir a la ciudadanía de que lo mejor para Oviedo sería un equipo de gobierno progresista.
Desde luego, la izquierda en Oviedo no tiene garantizada la victoria el próximo 26 de mayo, y el actual clima de enfrentamiento no es algo que vaya a contribuir a ello. En este sentido, la campaña no empezó con buen pie y no se está desarrollando de la mejor manera posible.
Sería mucho más razonable que cada partido se centrase en su proyecto de ciudad. Se vería muy claro cuáles son las coincidencias y cuáles son los criterios claramente divergentes. Divergencias que no son ni pueden ser tantas y tan grandes con las propuestas que hacen Vox, Foro Asturias, el PP y Ciudadanos. Sería un ejercicio de pedagogía política saludable y clarificador.

              DdA, XV/4173                  

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