miércoles, 17 de abril de 2019

LECCIÓN DE VIDA Y MUERTE DE ANTONIO ARAMAYONA: EL DOCUMENTAL DE JON SISTIAGA


Ana Cuevas

En estos momentos de apogeo y de lucha por conseguir que la Ley de Eutanasia se haga una realidad, y después de conocer el infierno vivido por Ángel Hernández que por deseo expreso de su mujer Maria José Carrasco le ha ayudado a morir, enfrentándose injustamente a la Justicia, queremos recordar y aportar el testimonio gráfico que dejó grabado nuestro querido y entrañable amigo Antonio Aramayona. No queremos que se quede en el olvido. Su lucha fue la que hoy es la de Ángel y de tantos otros. El texto adjunto define a la perfección a Antonio Aramayona. Al pie del mismo, transcribimos los links del documental compuesto por 3 partes. Para verlos, basta con clicar sobre cada uno de ellos.
Nuestro propósito: divulgarlo al máximo y que podamos llegar a verlo en un canal de TV y en los medios de comunicación. Gracias por la colaboración de todos.

Documental de Jon Sistiaga sobre Antonio Aramayona

El documental que relata en primera persona los últimos días de Antonio Aramayona no se trata de la crónica de una muerte anunciada.Tampoco del diario de un suicida que decide mediatizar su último acto. Antonio tuvo una vida digna, libre, hermosa y muy valiosa. 
Para cada uno de los que le conocimos en sus distintas facetas como profesorde filosofía, activista contra toda clase de injusticias, escritor, padre amante, abuelo orgulloso, hermano entrañable o leal amigo, fue un auténtico regalo haberlo tenido a nuestro lado. 
A todos nos enseñó con su ejemplo a ser un poco más dignos, un poco más libres. En definitiva, a ser mejores. Su bondadosa inteligencia nos impregnó de ternura hasta la médula. Nos impulsaba a creer que la utopía, no solo era posible, era necesaria.
En su blog, “La utopía es necesaria” (diario de un perro-flauta motorizado)”, Antonio volcaba su visión humanista del extraño mundo que habitamos. Pero no se quedó ahí. Pese a arrastrar una salud infernal que le obligaba a desplazarse en silla de ruedas desde hacía años, no se mantuvo pasivo en la defensa de una educación pública de calidad o de la libertad de expresión.
Sus protestas pacíficas y amables en las calles más céntricas de la ciudad enervaron a muchos pero se ganaron la admiración de la mayoría de la ciudadanía. Simplemente se preguntó: ¿qué puedo hacer para que la vida de mis congéneres seamásdigna, libre, hermosa y valiosa? Y se puso manos, o mejor dicho ruedas, a la obra.
Es un simple ejercicio de coherencia. Algo que esta sociedad distópica y con inclinación a la hipocresía no acaba de digerir.
Y es que la vida de Antonio es una historia de coherencia y valentía. Dos valores en desuso. Su último aliento no podía ser de otra manera. Hacía algún tiempo que le rondaba la idea de apearse libremente del planeta. Sostenía que la vida era un derecho pero no podía ser una obligación supeditada a leyes o credos.
Si no somos dueños de nuestra propia vida, de acabarla consciente y voluntariamente cuando así lo decidamos, ¿qué nos queda?
El documental es su última lección de compromiso con los que quedamos. Podía haberse ido de forma anónima pero valoró el impacto pedagógico más que su propia intimidad.
Durante el rodaje con Jon Sistiaga y su estupendo equipo, se crearon vínculos profundos. 
Ninguno resultó inmune al carrusel emocional que se vivió aquellas semanas. Tampoco pudieron evitar enamorarse de una persona tan bondadosa y valiente
Quiso que su adiós fuera, como no podía ser de otra manera, digno, hermoso, libre y valioso. 
Y valioso es el testimonio que nos dejó sobre su amor a la vida… hasta el último latido.


DOCUMENTAL

3.-  https://www.youtube.com/watch?v=zXfmei-oXyc&feature=youtu.be

                  DdA, XV/4143                    

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