Lazarillo
Bien sabido el ideario del bisnieto del dictador, Luis Alfonso de Borbón, que tiene sangre de reyes y lidera al franquismo nostálgico, sólo nos faltaba comprobar hasta qué punto un rey al dictado del dictador ha sabido dar crianza a una de sus hijas en similar ideario, proclive al dictador y a las dictaduras. Este Lazarillo se está refiriendo a los nietos de Juan Carlos I, rey emérito, e hijos de la infanta Elena, que también se muestra, como su abuelo, muy enamorada de la tauromaquia. A Victoria Federica, a la que no hace mucho pilló un vaquilla en una capea por gustar igualmente de esa "cultura", se la vio el otro día de cañas con el caballero de la ultraderecha (por lo de montar a caballo para sus promociones políticas) en un guateque montado en una discoteca madrileña. A su hermano Froilán ya se le había oteado anteriormente, con la jeta poco menos que embozada, en el mítin trifachazo de la Plaza de Colón. La acomodación de los borboncitos a la extrema derecha no debe sorprender. Forma parte de la tradición familiar, al menos desde los tiempos de Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, cuyas aspiraciones al trono y las de sus descendientes costaron tres guerras civiles. Bien sabemos qué papel jugaron también los carlistas en la cuarta.
DdA, XV/4106
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