Lazarillo
Ocurrió la mañana del 7 de octubre de 1934, durante el gobierno
presidido por Alejandro Lerroux, fruto de la victoria de la derecha en
las elecciones celebradas en noviembre de 1933, que días antes había incluido varios ministros de la CEDA (Confederación Española de
Derechas Autónomas), razón por la cual estalló una huelga revolucionaria
en Asturias dos días antes de la manifestación celebrada en la Puerta
del Sol de Madrid.
Estamos en el que la izquierda denominó bienio negro y también se conoce como bienio conservador, rectificador o contrarreformista en relación a las leyes aporbadas en el primer bienio republicano (social-azañista, reformado o transformador). El titular de la revista Mundo Gráfico se refiere a la convocatoria de adhesión al Gobierno por haber sido dominada la rebeldía de la Generalidad de Cataluña, después de que el día anterior Lluís Companys apareciera en el balcón de la Generalitat y proclamara la República Catalana. El texto que se puede leer en la página 27 de esta publicación dice así: "En la mañana del domingo, extendida por la capital como por toda España, la noticia de que la Generalidad se había rendido, el entusiasmo ciudadano se desbordó, y una gran manifestación, pacíficamente, abocó a la Puerta del Sol, y con sus ovaciones obligó a salir a los balcones del Miniesterio de la Gobernación a don Alejandro Lerroux y a los que con él formaban el Gobierno. He aquí la perspectiva parcial de la gran plaza a la llega de los manigestantes -vivas numerosos a España, a la República, a Lerroux, a Cataluña española- y, a la derecha, el jefe del Gobierno al asomarse a los balcones de Gobernación para responder a las aclamaciones de la multitud. (Fotos Alfonso y Cortés)".
La única pancarta visible en la manifestación la lleva alguien que va muy cerca del líder de Falange, José Antonio Primo de Rivera, según se puede ver en esta fotografía.
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Obviamente, ese mismo día el titular del diario monárquico ABC no podía ser otro que el que se muestra en su portada interior, con el discurso de Lerroux y un durísimo editorial en contra el separatismo catalán agazapado y felino, que balbucea equívocos desde la presidencia de la Generalitat:
En correspondencia con el peligroso fracaso de la derecha ayer, que deja mucho espacio por el centro, y el éxito del partido ultraderechista, creo que este tuit glosa perfectamente lo que representaron esos 25 minutos de soflamas en la Plaza de Colón. Que la alcaldesa de Gijón encuentre acomodo junto al líder del máster regalado en esa foto tan lúcidamente comentada debería hacer recapacitar, y mucho, a los ciudadanos de aquella villa y a los partidos que hicieron posible la alcaldía de Moriyón:
Alguien en el Partido Popular, alguien en Ciudadanos se debería dar cuenta del fracaso que ha supuesto la convocatoria de la Plaza de Colón, de la que queda constancia en el siguiente balance de manifestaciones celebradas allí por la derecha. Y también debería esa derecha darse cuenta de lo que en realidad va camino de representar a la ultraderecha cada vez que habla de "los españoles" y los hace suyos. Sin embargo, las declaraciones de su líderes dan a entender que en esa plaza se coció un espíritu inspirador de sus ínfulas, por lo que cabe esperar lo peor:
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