jueves, 24 de enero de 2019

LAS EMPANADILLAS Y EL TOBILLO DE CARMENA


Félix Población

Nadie lo hubiera imaginado cuando Podemos dio a la exabogada laboralista y jueza emérita Manuela Carmena, una persona con cierto nombre pero tampoco demasiado, la posibilidad de concurrir a las elecciones municipales de 2015 y retirar de la alcaldía de Madrid y de la política a la señora Aguirre, aspirante otrora a lideresa del Partido Popular. 

Todos recordamos la falta de apego político que exhibió como alcaldesa doña Manuela a lo largo de estos años y su pertinaz empeño en rodearse de un equipo de fieles que, con el transcurso de la gestión municipal, marcaba distancias con el partido que catapultó a ese equipo para desempeñar el gobierno de la capital de este reino en declive. 

No cabía pensar que una señora de su edad, a la que recordamos viajando en metro con el pueblo soberano en sus primeros días como alcaldesa, que en repetidas ocasiones había hablado de la posibilidad -casi de la certidumbre- de conformarse con un cuatrienio en el desempeño de la alcaldía y que, al mismo tiempo, parecía repeler los politiqueos intestinos como prácticas de partido, haya gestado el pasado 22 de diciembre el errejonazo contra Podemos.

Ocurrió con motivo de las fiestas navideñas de empresa, durante la celebración de una cena conspiratoria en su casa, en la que pactó con don Íñigo el gambito la puñalada a la formación política que llevó a la una a la alcaldía y al otro a ser candidato -elegido por las bases- a la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Como además esta señora no debe andar muy sobrada de vergüenza, tuvo la desfachatez de despachar esa información con Alsina en su programa de radio, explicando de paso que esa noche se sirvieron empanadillas y que también entonces fue cuando la alcaldesa se rompió el tobillo.

Con ello tenemos para la historia una segunda parte de aquel afortunado sketch televisivo de las empanadillas, el más famoso de Martes y 13, que posiblemente no se quede sólo en la rotura del tobillo de doña Manuela sino en el final de su eficiente gestión  como alcaldesa, la quiebra definitiva de la base de sustentación que le quedaba a don Íñigo el gambito como pólitico fiable y una más que previsible ruptura en Podemos. A los múltiples adversarios de este partido, que tanto han peleado por dividirlo, les ha sorprendido que finalmente fuera tan barato hacerlo, aunque en el interviniera una de las piezas que ya tenían fichada.

                   DdA, XV/4.070                 

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