Félix Población
Ayer,
pocas horas antes del inicio de la reunión del Consejo Ciudadano de Podemos
para buscar una alternativa que evite o palíe en lo posible (véase encuesta) los efectos del
errejonazo de las empanadillas, el secretario general de ese partido dio
a conocer diez puntos bajo un titular que fue común a varios medios: Íñigo no es un traidor, sino que debe ser un aliado de Podemos.
Trata de corregir Iglesias con muy buena voluntad un mal que creo no tiene enmienda, la división, de la que el único responsable es un traidor que por sus precedentes nunca podrá ser un aliado fiable. (La portada de El jueves de esta semana traduce la reacción más espontánea de la mayoría de los inscritos ante la conspiración en la que doña Manuela se rompió el tobillo y puede que la alcaldía).
Se refirió Iglesias a la posibilidad de realumbramiento de una izquierda amable (la más propicia para casar con el PSOE) y no pudo evitar, al redactar el punto último, una alusión a la llamada Operación Chamartín, lamentando la merma de Ahora Madrid, quizá -añado- por acomodación a la amabilidad requerida in itinere: "Me apena que del proyecto de Ahora Madrid de hace cuatro años quede tan
poco y nunca entendí el papel que ha jugado el equipo de gobierno de
Carmena en la Operación Chamartín".
Entre las ventajas obtenidas del Estado por parte de la empresa Distrito Castellana Norte (DCN), la encargada de la llamada Operación Chamartín, y que hoy publica eldiario.es, leemos que aumentó su rentabilidad prevista de pérdidas "hasta el 17% anual",
se ahorró 200 millones de euros en infraestructuras, consiguió permiso
para revender el terreno y también que Adif financiara el proyecto "a un
tipo de interés muy bajo." Si seguimos leyendo más allá de los titulares comprobaremos la parte que le corresponde en esos favores a la administración municipal: "Carmena ha reducido la edificabilidad de 2 millones de metros cuadrados a
1,4 millones: un gran recorte del 30% en el proyecto. Sin embargo, el
Ayuntamiento se ha comprometido a pagar los Nudos Norte y de Fuencarral,
mientras que antes los iba a pagar DCN. Por eso, las cargas han pasado
de 1.341 millones de euros en 2015 a 1.180 millones en 2018: 161
millones de euros menos para los promotores, a costa de los
contribuyentes madrileños".
Agradezco a mi estimado Goti del Sol el titular categórico que le ha ofrecido a este Lazarillo bien de mañanita, aunque quizá corresponda por ahora ponerlo entre interrogantes.
DdA, XV/4.077
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